Redacción  A Coruña

Dar posada al peregrino ha dejado de ser una obra de misericordia completamente gratuita en el Camino de Santiago. Desde principios de este año los 61 albergues públicos que hay en las distintas rutas jacobeas que discurren por Galicia cobran a los peregrinos una tasa de tres euros por noche, una cantidad simbólica pero que hasta el pasado 30 de septiembre le ha permitido recaudar ya a la Xunta 821.478 euros.

Esto significa que cada día los peregrinos del Camino de Santiago se dejan 3.042 euros en los albergues públicos, un dinero que les da derecho al uso de todas sus instalaciones y a pernoctar, eso sí, una sola noche. La cifra con todo, podría llegar a triplicarse. En lo que va de año los albergues públicos registraron 265.885 pernoctaciones, pero en el último Año Xacobeo alcanzaron las 800.000, todo un récord que la Xunta se ha propuesto superar en 2010.

Gratuidad

Los albergues del Camino Francés, la ruta con mayor afluencia de peregrinos, es también la que más dinero recaudó en estos nueve primeros meses por el cobro de una tasa que, según explican desde la Consellería de Innovación, "la gente entiende y paga sin ningún problema". Este dinero se destinará a mantener, limpiar y mejorar los servicios de estos alojamientos, cuya puesta a punto asumen desde hace años voluntarios o incluso los propios ayuntamientos en los que están ubicados.

La necesidad de sufragar los costes de mantenimiento de estas posadas así como la intención de luchar contra su masificación llevaron a la Consellería de Industria a anunciar por primera vez a finales de 2005 su intención de acabar con la gratuidad de la red de albergues públicos del Camino. La medida, no obstante, tardó en cuajar. Las críticas a la decisión del Gobierno bipartito, al entender que el fin de la gratuidad acabaría también con uno de los reclamos más importantes para peregrinos no religiosos, llevaron al conselleiro Fernando Blanco a retrasar un tiempo sus planes.

El cobro de una tasa por pasar la noche en los albergues, sin embargo, ya había sido reclamado en varias ocasiones por algunos de los alcaldes de los municipios por los que discurre la Ruta Jacobea. El argumento de los regidores era que con albergues de pago se solucionaría la masificación y las interminables colas a las puertas de este tipo de alojamientos, al tiempo que se acallarían las quejas del sector hostelero, que ve en los albergues gratuitos una forma de competencia desleal.

El debate surgió por primera vez aunque tímidamente en 1992, pero la iniciativa chocó con la oposición frontal de Manuel Fraga, por entonces presidente de la Xunta. A finales de 2003, los alcaldes lucenses del Camino se reunieron en asamblea para volver a plantear esta posibilidad, aunque esta vez las discrepancias de algunos regidores y, sobre todo, la proximidad del Año Santo obligaron a posponer un debate ya superado en otros puntos del país.

Galicia, de hecho, era hasta ahora la única comunidad atravesada por la Ruta Jacobea que mantenía la gratuidad de los albergues públicos. Desde hace varios años León, la provincia española con más kilómetros de recorrido jacobeo, ya cobra tres euros por pernoctar en todas sus posadas, un ejemplo que siguieron después otras comunidades españolas.

Por eso, hace dos años y tras abrir una ronda de contactos con los alcaldes del Camino, Fernando Blanco confirmó que en 2008 se empezaría a cobrar por pernoctación, una medida a la que todos los albergues públicos se fueron sumando progresivamente entre los meses de enero y febrero.

La Ruta, un valor seguro

El Camino de Santiago continúa siendo un valor seguro para el turismo gallego, incluso en tiempos de crisis económica. Hasta el pasado mes de septiembre, la cifra de peregrinos creció en Galicia casi un 10%, una tendencia al alza que no ha logrado frenar ni siquiera la entrada en vigor de la nueva tasa en los albergues de la Xunta. Y es que hacer el Camino sigue siendo una de las formas más baratas de viajar.

Según un estudio de la Asociación de Cámaras de los Caminos Xacobeos un peregrino se gasta al día una media de 26 euros, sin incluir, eso sí, la nueva tasa por pernoctación. Quizá por eso la reacción de los caminantes al conocer la decisión de la Xunta de empezar a cobrar por sus instalaciones ha sido en general bastante buena.

La nueva tasa no supondrá un gran gasto a mayores para los bolsillos de los peregrinos pero ayudará a sufragar los costes de limpieza, mantenimiento y ampliación de la red pública de albergues. Ésta es la principal motivación de la Xunta, que espera poder dedicar el dinero invertido hasta ahora en este concepto en mejorar sus actuales servicios y ampliar la red de alojamientos para peregrinos.

Este objetivo resulta prioritario, sobre todo, por la proximidad del Año Santo de 2010, que pondrá a prueba la capacidad de la Xuntaa a la hora de absorber la previsible avalancha de peregrinos. El último Año Santo, de hecho, desbordó todas las previsiones y obligó a pedir la colaboración de concellos y Ejército para acoger a las 180.000 personas que recorrieron en 2004 el Camino.