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Patrimonio

España restaura las riquezas barrocas del Cañón del Colca

España restaura las riquezas barrocas del Cañón del ColcaEFE

Abandonados durante prácticamente todo el siglo XX, estos templos, con sus retablos, lienzos, esculturas y joyas de oro y plata, eran un amasijo de escombros y chatarra, así como objetivo de saqueadores, antes de la llegada, en 1998, de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).

"La Cooperación Española se encontró un valle empobrecido, olvidado, sin turistas", explica a Efe José Carrión, responsable del Proyecto de Patrimonio-Colca de la AECID, quien recuerda que "la región estaba identificada con la extrema pobreza, con carreteras pésimas, sin mercado y una agricultura de subsistencia".

El Cañón del Colca, con 100 kilómetros de longitud y 3.800 metros de profundidad, sigue hoy sumido en la pobreza, "aunque no extrema", matiza Carrión, al confirmar que es uno de los lugares más visitados de Perú, al recibir al año más de 100.000 turistas.

La AECID puso en marcha su plan: "hacer un inventario exhaustivo de las iglesias, después involucrar a las autoridades locales en la restauración de sus monumentos para que entiendan que, a través de la recuperación, se pueden generar otras actividades", según Carrión.

El resultado es inmejorable e innovador, porque la recuperación de esta ruta de templos, levantados en los siglos XVII y XVIII, ha recaído en manos de los campesinos, convertidos en restauradores profesionales gracias a la formación que han recibido.

Hasta la fecha, la AECID ha destinado 3,5 millones de dólares en la recuperación de diez iglesias, entre ellas la de Lari, ésta de estilo neoclásico y considerada la catedral del Colca, y la de Maca, con algunos de los más sorprendentes retablos barrocos de Perú.

La puntilla de la labor social en Lari y Maca es la impecable iluminación implementada por la empresa española Endesa.

A estos fondos hay que agregar un 20 por ciento más aportado por los municipios del Colca, un paraíso natural y patrimonial ubicado a unos mil kilómetros al sur de Lima, en la región de Arequipa.

Una de las campesinas reconvertidas, Marta Ayque, explica su experiencia: "hemos tenido clases de teoría y practica para rescatar el patrimonio cultural que tenemos y que estábamos por perderlo.

Somos varias compañeras y gracias a esta cooperación nuestra vida ha cambiado".

Mientras trata de rescatar un óleo del siglo XVIII sobre el martirio de los apóstoles, esta mujer alerta de las pérdidas patrimoniales sufridas durante largas décadas: "había doce lienzos (uno por cada apóstol), ahora sólo tenemos siete".

"Hubo un robo en la sacristía y se llevaron los mejores", agrega, al reconocer que los saqueos eran consentidos por la población porque no daba valor a su patrimonio e incluso por los sacerdotes, que en ocasiones orquestaban los robos.

"Antes no sabíamos valorar, respetar, veíamos pinturas, pero no sabíamos, ahora me siento orgullosa de seguir restaurando porque mis hijos van a crecer y dirán a otras personas que esto sí merece la pena", matiza Ayque.

Los sistemáticos saqueos fueron confirmados por el jefe de Patrimonio de la AECID en el Colca, quien detalla que el último robo perpetrado en la zona se produjo hace sólo un año, en el templo de Maca.

De allí se llevaron obras pictóricas, joyas y esculturas, piezas que en su mayoría fueron recuperadas, aunque no todas, aclara.

Pese a todo, Carrión está convencido de que "los resultados se están dando; la gente ya se identifica con su patrimonio, eso es lo mas importante, y sabe que el patrimonio es un recurso para dinamizar su economía".

"Los índices demuestran que la gente vive mejor, hay más niños en las escuelas y más trabajo", asevera tras mostrar a Efe los talleres de formación, en los que los pobladores del Colca aprenden a restaurar y a construir, pero también el oficio que les permitirá sacar adelante a sus familias.

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