"Estamos viviendo un Siglo de Oro de la lengua española, que va a ser el siglo XXI", afirma, en una entrevista con EFE, Carlos Fuentes, que estos días ha estado en Cartagena de Indias para participar en el homenaje que se le rindió a su amigo Gabriel García Márquez en la jornada inaugural del IV Congreso Internacional de la Lengua Española.

Hacía tres años que no viajaba a Colombia y está "encantado" de haber venido a esta ciudad caribeña en la que tiene amigos tan excelentes como "Gabo", un escritor "muy completo, un dueño del idioma casi sin paralelo en el mundo actual del español", cuya obra "es traducible a todas las lenguas por el poder de identificación que tienen sus libros.

García Márquez es "un escritor total". Cada libro suyo "es un capítulo de una obra global que se llama ´Mil años de literatura´", dice Fuentes.

Cuantos asistieron el pasado lunes al homenaje, pudieron comprobar que el autor de "Cien años de soledad" disfrutó con todo lo que allí se dijo y se hizo, y así lo corrobora Carlos Fuentes, que pronunció el discurso principal en ese acto. "Gabo está muy contento, muy feliz. Ha sido una gran fiesta, una celebración de amistad".

Entre las personalidades que quisieron acompañar al Premio Nobel de Literatura en un día tan importante para él figuraba el ex presidente estadounidense Bill Clinton, buen amigo de García Márquez y lector ferviente de sus obras.

Clinton conversó "durante tres horas con "Gabo", según cuenta Carlos Fuente, quien no oculta la admiración que siente por el político que gobernó Estados Unidos de 1993 a 2001.

"Es muy inteligente, extraordinariamente culto y con una visión internacional muy atinada. Pienso que Clinton debería ser el presidente del mundo. Tiene una conciencia clara de los problemas, de cómo resolverlos, del respeto a la soberanía de las naciones y al derecho internacional. Yo lo admiro mucho", confiesa el escritor mexicano.

Durante cuatro días, unos 200 expertos de diferentes ámbitos han debatido en el Congreso de la Lengua sobre el presente y el futuro del español, un idioma, dice Fuentes, que constituye "una potencia extraordinaria" y que podría convertirse "en la segunda lengua del mundo en el futuro".

Al autor de "Terra nostra" le parece "revolucionario" el hecho de que en Estados Unidos haya 45 millones de hispano-parlantes, y señala que si antes los políticos de ese país "se negaban a hablar español", ahora "es un motivo de orgullo, una necesidad política".

"Bush hace discursos en español, aunque yo no entiendo una palabra de lo que él dice, ni en español ni en inglés", asegura Fuentes, muy crítico siempre con el actual presidente de Estados Unidos.

"Es el peor presidente de ese país que me ha tocado en mi vida.

Estoy dispuesto a perdonarle la vida a Ronald Reagan y a Nixon, porque Bush es de tal manera atroz y hace tanto daño que no he visto nada comparable de estupidez, arrogancia e ignorancia. Ha sido una presidencia catastrófica, que todavía puede llevarnos a situaciones muy peligrosas en el mundo", afirma el autor de "La muerte de Artemio Cruz".

El español es esa "potencia" de la que habla Fuentes, pero tiene "un talón de Aquiles": "la escasa formación de técnicos y científicos en español. En América Latina sólo se graduan anualmente el 1,2 por ciento de los científicos y técnicos del mundo, frente a un 40 por ciento para China o la India", comenta.

"Por ese camino, tengamos una maravillosa lengua o no, vamos al fracaso. Tenemos que emplear la potencia de la lengua y de la cultura para hacernos presentes en el mundo del desarrollo, de la ciencia y de la tecnología, donde nos estamos quedando atrás perdidos en una serie de batallas ideológicas", asevera el escritor.

Carlos fuentes no quiere hablar de los proyectos literarios que tiene entre manos, y lo único que dice es que está escribiendo "tres libros" al mismo tiempo.

Lleva toda su vida dedicado a la literatura, y espera que sus obras le sobrevivan.

"Yo siempre estoy pensando en el primer lector de un futuro libro, un lector que aún no nace y que descubrirá mi obra dentro de cincuenta años", concluye.