Formada por obras realizadas desde finales del siglo XIX hasta la actualidad, "Lo(s) Cinético(s)"-término que tiene su origen en la rama de la mecánica que investiga la relación entre el movimiento de los cuerpos y las fuerzas que actúan sobre ellos- reúne más de ochenta piezas de cuarenta y cinco artistas, cedidas, muchas de ellas por primera vez, por los museos más importantes del mundo, como el MOMA y el Metropolitan de Nueva York, el Pompidou de París, o la Tate Modern de Londres.

Emblemáticos artistas como Jean Tinguely, Alexander Calder, Carlos Cruz-Diez, Keiji Kawashima, Getulio Alviani, Manfreso Massironi, Marcel Duchamp, Julio LeParc, Alejandro Otero o Jesús Soto están presentes en esta muestra, calificada por el presidente del patronato del Museo Reino Sofía, Rodrigo Uría, como "la exposición estrella. Es verdaderamente magnífica, llena de contenido, con un importante papel los artistas sudamericanos".

La ministra de Cultura, Carmen Calvo, quiso apoyar con su presencia esta iniciativa fruto de más de dos años de trabajo, en la que se revisa un movimiento "con la presencia de los artistas más importantes que se han expresado de esta forma". El proyecto, patrocinado por la Fundación Bancaja, "plantea una mirada nueva y muy importante no sólo de Europa sino del mundo iberoamericano".

En términos similares se expresó Ana Martínez de Aguilar, directora del Museo, quien destacó que se trata de una exposición de producción propia que tras su exhibición en Madrid viajará a Sao Paulo. "Es una reflexión sobre la percepción del ser humano, que propone un juego con las obras de arte, sin entretenerse en significados".

La palabra "cinético" quizá no sea la más adecuada para definir este movimiento, en opinión de Osbel Suárez, comisario de una muestra en la que "sin obviar el movimiento, hemos tratado de rastrear en el antes, el durante y el después", en una exposición "ahistórica" en la que se redefine el papel de Latinoamérica "que aporta figuras y obras que fueron pioneras en el arte cinético y que lamentablemente no han tenido el reconocimiento que merecen. Por ello, la exposición quiere hacer justicia".

El recorrido planteado por el comisario es "trans-histórico", no hay un recorrido ni un discurso único, "el espectador debe sentirse libre en ese sentido", ya que propone una forma transversal de entender el movimiento "acogiendo a los que pudieron ser pioneros e inspiraron lo cinético". Tal puede ser el caso de Salvador Dalí, del que se exhiben obras prestadas en escasas ocasiones como "Madonna" del Metropolitan de Nueva York.

La muestra comienza en el patio de Nouvel con la exhibición de una impresionante instalación realizada por Carlos Cruz-Diez (Caracas, 1923), y dos grandes piezas, una creada expresamente para este espacio, del japonés Keiji Kawashima (Fukushima, 1963). A continuación, el espectador se sumerge en un mundo muy diferente y heterogéneo en el que conviven artilugios, pinturas, estructuras, transformables, espejos, móviles, gouache o bombillas de colores.

En este recorrido se pueden contemplar tres obras de Francisco Sobrino, considerado como el único artista cinético español vivo, para quien esta exposición tiene gran importancia pues "se toma en consideración obras que ya tienen más de cincuenta años. Es un arte que tiene muchos años de vida, pero al que no se han dedicado exposiciones de esta envergadura. Es uno de los últimos movimientos de arte", comentó a Efe el artista.

La galerista Denise René fue la que organizó en 1955 la primera exposición que reunió a los artistas cinéticos del momento, hito que puso una base programática al movimiento. Aunque el concepto apareció por primera vez en el Manifiesto realista firmado en 1920 por Antón Pevsner y Naum Gabo- presente en la exposición-, su uso no se generalizó hasta 1959.

El arte cinético da cabida a obras que producen en el espectador sensación de inestabilidad y movimiento a través de ilusiones ópticas, que cambian de aspecto según la posición desde la que se contemplan y las que dan sensación de movimiento dependiendo de la iluminación. Además, como se aprecia en la muestra que permanecerá abierta en el Reina Sofía hasta finales de agosto, se incluyen las construcciones tridimensionales con movimiento mecánico o los móviles sin o con motor.