El relato de la guerra de España quedaría incompleto si no nos fuéramos al París de 1944, con la entrada de los españoles en la capital ocupada por los nazis antes que nadie. La última batalla de la guerra española fue la liberación de París porque ellos creían que era la antesala de la liberación de Madrid".

Así decía ayer en el Club FARO el periodista Rafael Torres en su charla sobre "La última batalla de la República (el hombre que liberó París). Presentado por el médico pediatra y ex alcalde vigués Carlos Príncipe, esa postrera batalla a la que aludía el conferenciante fue la de los españoles que entraron antes que nadie en la capital francesa, con un protagonista heroico entre ellos: Amado Granell, teniente al mando que llegó hasta el Ayuntamiento en la ciudad todavía "infectada" de alemanes y se hizo una foto con el responsable de la Resistencia.

"Son republicanos españoles -dijo-, refugiados tras la guerra de España y alistados en una compañía de la División del general Leclerc, La Nueve, quienes entraron con sus blindados semiorugas en agosto de 1944, un día antes del mismo general y dos antes que De Gaulle. De todos los que combatieron y murieron en el frente aliado, la página más gloriosa fue escrita por los tres mil españoles de esa división y, más concretamente, los de esa compañía que puso la rúbrica española al prólogo de la victoria de los aliados sobre el fascismo".

Eran una pequeña parte de aquellos cientos de miles que huyeron de España tras perder una guerra a la que Torres no le gusta llamar civil "porque no es sino el prólogo de la II Guerra Mundial y llamándola así se esparce su culpa entre incontables españoles que no la querían". Aquellos que al llegar a Francia no tuvieron el recibimiento que esperaban, ni tampoco en las colonias francesas donde fueron hacinados. "Muchos tuvieron que alistarse en el ejército francés para huir de la humillación y la pobreza, pero siempre en pos de ver un día liberada a España".

Sin embargo, Torres hizo su matización por analogía: "La última batalla de la República desde el punto de vista bélico fue la de París pero la de la razón, la de la civilidad está por celebrarse y será la de la república, que habrá de vencer inexorablemente".