"Su futuro está más que garantizado", declaró a Efe el director de la Academia Cubana de la Lengua, el escritor Lisandro Otero, que coincide con distintos expertos en que el español ha tenido "un crecimiento acelerado en el último siglo".

"En los albores de la centuria pasada lo utilizaban 80 millones de personas, hoy pasan de 400 millones. No conozco otro idioma de tan rápida propagación", precisó Otero.

Mientras, el presidente de la Academia Chilena de la Lengua, Alfredo Matús, auguró un "futuro de consolidación y de afianzamiento de su unidad y de progresiva expansión internacional".

El español tiene "un futuro cultural y literario cada vez más sobresaliente en el contexto de las naciones", agregó Matús, apreciación que comparte con la secretaria de la Academia Hondureña de la Lengua, María Elba Nieto Segovia.

A juicio de Nieto, el español "avanza en el número de hablantes de la lengua materna, en el número de hablantes de segunda lengua, en la producción científica, en la informática y en los foros internacionales".

El presidente de la Academia de la Lengua de Uruguay, Wilfredo Penco, dijo que ve "en un futuro no lejano, un español universal, sostenible, con muy largo alcance".

Pero la "buena salud" del español enfrenta en su acelerado crecimiento algunos riesgos.

La expansión del español "requiere atención y cuidado desde ahora para que no sea caótica", opinó el director de la Academia Boliviana de la Lengua, Raúl Rivadeneira, y advirtió que este idioma dependerá del esfuerzo que haga el mundo hispano "por conservar la herencia común".

"Todo depende de nosotros, que somos los que tenemos la responsabilidad de orientar los destinos de nuestras culturas y, por consiguiente, de nuestra lengua. Ella no va fatalmente hacia ninguna parte, sino hacia donde nosotros queramos conducirla. Lo cual significa vocación y compromiso", complementó Matús.

Para el cubano Otero, el crecimiento acelerado es el "principal riesgo", aunque aclaró que "la lengua de Castilla es ahora un idioma único e indivisible que ya superó la posibilidad de una escisión".

Pero para un idioma usado en alrededor de 21 países y que, según distintas fuentes, se ubica como tercero del mundo en número de hablantes, detrás del mandarín (cerca de 1.000 millones de personas) y del inglés (más de 450 millones), su futuro está estrechamente ligado a la tecnología y a otras lenguas.

La influencia de la internet y la adopción de extranjerismos también pueden hacer mella en el español que, sin embargo, ha penetrado en diversos países que tienen otra lengua materna.

"Cada vez son más las personas que lo hablan y diversos países lo están promocionando. Brasil ha incorporado como obligatoria en las escuelas la enseñanza del español mientras en EEUU cada día aumenta la cantidad de hispanohablantes", afirmó el presidente de la Academia Paraguaya de La Lengua, José Antonio Moreno Ruffinelli.

Al respecto, el poeta y académico venezolano Rafael Arráiz Lucca destacó que en "EEUU la cifra de hispanohablantes se ha situado en torno a los 40 millones", aunque algunas fuentes calculan que llega a 55 millones, incluidos los inmigrantes indocumentados.

El director de la Academia Norteamericana de la Lengua Española, Odon Betanzos, señaló por su parte que sólo en Nueva York casi el 30 por ciento de sus más de ocho millones de residentes habla español.

Otro problema que acecha al español está relacionado con su "empobrecimiento", alertó el académico ecuatoriano de la Lengua y de Historia Hernán Rodríguez Castelo, quien estimó que "por el gran influjo de la televisión se tiende a una especie de ´lingua franca´, a un español de 2.000 palabras como máximo".

Pero a pesar de los riesgos en un mundo globalizado, los expertos consideran que las posibilidades de nuestra lengua son infinitas, no importa que los hispanohablantes envíen y reciban "e-mails", vistan "bluejeans" y coman "sushi".