El concierto del próximo jueves en la ciudad de los rascacielos tiene carácter casi de estreno mundial pues será la segunda ocasión en que esa composición, que incluye un texto en catalán, se interpreta en público.

Esta vez no serán las voces del Orfeó Catalá, ni el órgano del Palau de la Música Catalana o las manos de Granados las que darán vida a la obra, como ocurrió aquel 11 de marzo de 1911.

Los intérpretes y el escenario son muy distintos: la iglesia de la Ascensión, en el barrio de Greenwich Village, servirá de marco a esa histórica velada, con Douglas Riva al piano, Mark Kruczek al órgano y el coro Voices of Ascensión, dirigido por Dennis Keene.

Además de esa y otras obras de Granados, el evento incluye piezas de Pau Casals, Enric Morera, Manuel Blancafort y Manuel Oltra, y está patrocinado por el Institut Ramon LLull.

"Para mi es muy emocionante y una gran responsabilidad poder tocar esta obra en público y después de que el único pianista que la haya tocado fuese Granados mismo", dijo Riva en entrevista con EFE.

Este prestigioso pianista estadounidense es un gran conocedor y habitual intérprete de obras clásicas españolas y ha dedicado casi tres décadas a estudiar y difundir la vasta obra de Granados en EEUU, España y otros escenarios del mundo.

Es además uno de los artífices de la recuperación de "Cant de les estrelles", después de que la partitura de piano permaneciese fuera del alcance de los intérpretes durante décadas e incluso llegara a darse por desaparecida.

Para Riva tiene sentido el que la composición vea de nuevo la luz en Nueva York, pues Granados cosechó sus últimos triunfos en vida en esta ciudad y en este país, donde actuó en la Casa Blanca en 1916 pocas semanas antes de morir trágicamente en el Canal de La Mancha en compañía de su esposa, al ser torpedeado por un submarino alemán el barco en el que viajaban.

"Además, el manuscrito de la obra estuvo escondido durante muchos años aquí", subrayó Riva.

Walter A. Clark, director del Centro de Música Ibérica y Latinoamericana de la Universidad de California, Riverside, explica en un articulo publicado en la revista de ese centro, "Diagonal", que el manuscrito de "Cante de les estrelles" no se publicó a pesar de su exitoso estreno y permaneció por más de dos décadas en los archivos familiares de Granados después de su muerte.

Víctor Granados, uno de los hijos del compositor, trajo la partitura de piano y otros manuscritos de su padre a Nueva York en 1938 y los ofreció a Nathanial Shilkret, destacado músico y propietario de una editorial, a cambio de un adelanto de 300 dólares por los derechos de publicación.

A partir de ahí surgiría una prolongada y agria disputa de la editorial y sus herederos con la familia Granados e incluso se desvaneció un tanto la esperanza de recuperar la partitura después de sufrir el archivo de la editorial un incendio en 1964.

Alicia de Larrocha, José Iturbi y el propia Riva buscaron con afán pero sin éxito el rastro de "Cant de les estrellas" y sería el profesor Clark, en 2004 y durante la preparación de su biografía "Enrique Granados: Poet of the Piano"(2006), quien abriría la senda que conducía hasta ese y otros manuscritos del músico leridano.

Complejas negociaciones con los herederos de Shilkret permitieron recuperar esa obra y también "Torrijos", una composición inédita para orquesta y que concibió Granados para una obra teatral.

Riva explicó que el manuscrito de "Cant de les estrelles" estaba dañado, no por el fuego sino por las aguas, pero un restaurador de Nueva York logró recomponerlo.

La feliz recuperación ha facilitado la próxima edición de la obra, a cargo de la casa Boileau, y el sello Naxos grabará el concierto del jueves para lanzar un CD, iniciativas ambas que ayudarán a que la pieza recupere su lugar en el universo musical.

"Además, ha despertado ya interés, sin conocerla, en directores de coros de Canadá, Texas y Londres", agregó Riva, quien confía en que después del concierto en Nueva York surjan otros proyectos.