Elena Ocampo/G.P. / OURENSE/VIGO

Impío, cobarde! son algunos de los gritos entre moros y cristianos que se pueden escuchar en el campo de batalla de la Romaría da Saínza, en Rairiz de Veiga, en donde cada año los musulmanes pierden su castillo y son obligados a convertirse al cristianismo y desfilar ante la Virgen de la Mercé, en cuya honra se celebra una fiesta declarada de Interese Turístico Galego en el año 2000. El arrodillamiento de los prisioneros y los insultos más hirientes -por parte de ambas religiones- fueron eliminados a comienzos de los años 80, cuando se tradujo al gallego el texto de una recreación histórica que ya se documenta en 1850 y que se remonta a otra romería que se celebraba en el lugar en el siglo XVI.

Ni los cañones, ni las lanzas de la caballería cristiana -el ejército "moro" no tiene caballos- consiguieron herir las sensibilidades del importante colectivo musulmán que se asienta en la zona (la villa de Xinzo de Limia cuenta con una importante colonia magrebí).

Los organizadores de la Romaría da Saínza, celebrada hace tan sólo diez días, decidieron no variar un ápice el guión que interpreta desde hace treinta y cinco años el mismo capitán cristiano y hace más de diez su homólogo musulmán, ambos vecinos de la zona. Sólo se incluyó por primera vez un asalto nocturno al castillo y paulatinamente en los últimos años mujeres "doncellas" se alistaron en ambos ejércitos, antes vetadas en este tipo de procesiones.

Nunca han recibido quejas de los seguidores de Mahoma y algunos musulmanes incluso se integran en la fiesta para instalar puestos ambulantes en el recinto. "Se escapó del insulto burdo, sólo hay acusaciones, pero en ambas direcciones", explica el autor de libro "A romaría da Saínza: Mouros e cristiáns", investigador y miembro de la coordinadora de la fiesta, Delfín Caseiro. "No se cae en la ridiculización y no es comparable a las cabezas de Mahoma", defiende.

De hecho, los trescientos magrebíes que se asientan en la capital de comarca vivieron de forma distante este festejo -que paradójidamente coincidió con el inicio del Ramadán-. "Hay gente profundamente religiosa que no le da importancia. Sin embargo, cuando fue lo de las viñetas de Mahoma alguno se manifestó en contra", afirma José Losada desde una de las asociaciones musulmanas de Xinzo, que ya forman auténticas familias de población árabe, con su mezquita, entre los 10.000 habitantes de la villa. En aquel momento de conflicto, el imán de la comunidad accedió a fotografiarse con el párroco delante de una iglesia, para poner fin a cualquier duda. Pero ahora no ha hecho falta. "La religión es una forma de entenderse, no de armar polémica. Ellos son religiosos, no fanáticos", concluye Losada, que se ha encargado de tramitar los estatutos y ayudas a la asociación magrebí.

Antón Rivero forma parte de la corporación que cada año organiza esta fiesta de Interese Turístico y entiende que sólo se trata de una representación histórica, que no ofende la cultura musulmana y, en base a las opiniones de historiadores y estudiosos, decide no cambiarla.

Pero moros y cristianos se enfrentan en otras fiestas de Ourense y Galicia. En concreto en el también ourensano municipio de Laza, en los lugares de Retorta y Trez, existen dos representaciones que fueron recuperadas y ahora se incluyen en las fiestas patronales y en las que se simula una trifulca entre moros y cristianos a consecuencia del robo de un santo por parte de los musulmanes. Caseiro señala la importancia de esta representación, en un concello insigne por conservar costumbres ancestrales como el entroido. Vicente Risco documentó fiestas que recrean batallas de moros y cristianos en Bentraces y Manzaneda y en San Xoán de Río se celebró una hasta 1990.