La cultura gallega -y de forma destacada, la viguesa- pierde a una de sus plumas más queridas, reverenciadas y prolíficas, referente para varias generaciones de literatos: María do Carme Kruckenberg. La autora falleció ayer en Vigo, la ciudad donde nació hace 88 años, tras una larga enfermedad. Familiares, amigos y lectores la despedirán hoy con un acto cívico-poético que se celebrará a las 18.00 horas en el tanatorio Emorvisa, en Pereiró.

La autora deja un rico y extenso legado, compuesto por más de 30 poemarios, además de novelas, cuentos y traducciones. La calidad de su obra la hizo merecedora del Premio Alecrín, en 1997; la Medalla de Galicia, en 1998; la Castelao, en 2002; y el Premio Laxeiro, en 2011. En 2006 la Asociación de Escritores en Lingua Galega (AELG) la nombró socia de honor. También Vigo, urbe en la que residió buena parte de su vida, reconoció su trabajo dedicándole una plaza en 1999. Destacan también sus colaboraciones en revistas y periódicos, en especial en FARO DE VIGO.

"Era una poetisa con una profundidad intimista grande y también intensa", subraya el escritor y presidente de la Real Academia Galega (RAG), Xesús Alonso Montero, quien destaca la "sensibilidad femenina" que aportó "en una época en la que apenas había escritoras en gallego". Las muestras de cariño y reivindicación del legado de Kruckenberg se sucedieron ayer en el mundo de las letras. A través de una nota la AELG trasladó su "pesar" por la pérdida de la escritora, que ocupó la vicepresidencia de la asociación en 1986, "sustentándola con la valentía y el coraje necesarios, apostando firmemente por una continuidad necesaria".

María do Carme nació en junio de 1926. Los años de su infancia los vivió en Montero Ríos y Urzáiz y se formó en el Colegio Alemán. En 1943 se casó con el italiano Ezio Pusone -de quien terminó separándose-, con quien tuvo a su única hija, Cristina. Durante cuatro años residió en Buenos Aires, donde trabó amistad con intelectuales de la talla de Rafael Alberti, Luis Seoane, Borges, María Teresa León, Isaac Díaz Pardo, Arturo Cuadrado, Alejandro Casona e incluso llega a conocer a Castelao. En el Madrid de 1953 se codea con vates como Vicente Aleixandre o Gerardo Diego.

De vuelta en Vigo, Kruckenberg trabajó como visitadora médica, sin descuidar la escritura o dedicar tiempo a otros artes, como el dibujo o la pintura. Sus últimos poemarios publicados, en gallego, fueron O enigma do segredo y Jazz espido un e dous, ambos de 2011.