Durante cerca de dos meses, un equipo de restauradores del Archivo del Reino de Galicia, dependiente de la Consellería de Cultura -formado por Maica Villalba, Jorge Medín y Agueda Guardia- se encargó de "limpiar el rostro" de esta joya medieval para asegurar su conservación y su vuelta a la Catedral de Tui con todas las garantías.

Los expertos aseguran que el interior del libro estaba "magníficamente" conservado, excepto un par de páginas desprendidas. Pero la encuadernación fue la que más sufrió el paso del tiempo y la que precisaba pasar por "quirófano" con mayor urgencia.

El libro se expuso primero en la exposición de códices que recientemente organizó la Cidade da Cultura. "Para esta muestra no teníamos mucho tiempo y realizamos un primer 'apaño' para poder mostrarlo y cuando terminó la exposición realizamos la intervención completa", explican.

Tapas y lomo

La encuadernadora Maica Villalba advierte del "lamentable" estado en el que se encontraban las tapas del libro. "Por una parte, tanto el lomo como las tapas estaban separadas del resto del ejemplar. Lo más importante es que los nervios, que son lo que une el cuerpo del libro con las tapas, también estaban rotos, por lo que era esencial repararlos", apunta la experta. Para ello, Maica utilizó una piel que se pareciera al máximo a la de ternera, original del libro. Finalmente optaron por piel de cabra mate, "que es la mejor para la restauración y la más parecida en textura y color", apunta.

Los hermosos cierres metálicos típicos de la época medieval también estaban oxidados. "Los pulí y les eché un barniz de protección y quedaron muy bien", destaca la encuadernadora, que tiene larga experiencia en libros medievales.

Por último, confeccionó un estuche para proteger el ejemplar. "Ahora está bastante fortalecido y se puede manejar sin problema, siempre teniendo en cuenta que es una joya medieval", advierte.

Jorge Medín y Agueda Guardia, por su parte, se encargaron del interior del libro. "Realmente el primer examen nos mostró que las hojas de pergamino se encontraban en buenas condiciones", apunta Medín, restaurador especializado en libros y documentos. Tras una limpieza para aspirar la suciedad, procedieron a arreglar los dos folios que estaban sueltos. "Injertamos un trozo de pergamino para hacer un pliegue en el lomo y volver luego a coserlo; pero solo lo hicimos en uno de los cuadernillos, para no perder la costura original", apuntan. Las letras y los dibujos, aseguran, "estaban en perfecto estado y solo tuvimos que intervenir en algunas manchas con bisturí", concluye Medín.

El libro pontifical como el que posee la Catedral de Tui es un libro litúrgico específico de los obispos. El texto incluye todos los rituales que solo podía realizar un obispo o el propio Papa. La mayoría incluyen todos los rituales, aunque algunos obispos encargaron algunos solo con algunos rituales concretos.

De este modo, el texto describe cada ritual paso a paso e intercala las oraciones que se decían en cada uno de ellos. Por ejemplo, destaca el solemne ritual de la Coronación de los Reyes.

Uno de los encantos de estos libros son las miniaturas que aportan un gran valor artístico al ejemplar y que son diferentes en cada pontifical.

Así, al comienzo de cada ritual se representa al obispo desarrollando ese acto litúrgico: bendiciendo a los clérigos, al abad o a una monja, por ejemplo.

El ejemplar que posee el archivo de la Catedral de Tui es de un tamaño bastante grande, con 270 folios -lo que son 540 páginas según la medición actual- y su texto incluye todas las liturgias nuevas que a finales del siglo XIII se decidieron en la reforma papal.