"A cicatriz branca", la última película de Margarita Ledo, es un filme gallego, grabado entre Galicia y Argentina y protagonizado por actores y actrices gallegos, como Tamar Novas (premio Goya a actor revelación por su papel en "Mar Adentro"), Eva Veiga, Xabier Deive o Lino Braxe. La temática tampoco escapa de Galicia, pues el filme trata la vida de diversas mujeres gallegas que emigraron solas en la primera mitad del siglo XX. Por fin, el próximo viernes 30 de agosto se estrenará en las salas de los Multicines Norte (Vigo).

-¿Cómo surgió la idea?

-La idea brotó a partir de una serie de entrevistas con mujeres en la emigración, adonde tuve que ir por razones de trabajo. Yo las veía como personajes que hicieran un viaje sin retorno pero que siempre quisieron volver. Hablando con ellas fueron apareciendo historias nunca contadas y después de hacer un documental titulado "Apuntamentos para un filme" surgió la necesidad de rodar una ficción inspirada en hechos que son reales.

-Digamos que la película es la continuación en ficción de un documental basado en hechos reales?

-Sí, pero el documental solo son testimonios. En la película aparecen cruces entre lo real y lo imaginario. Por ejemplo, en Vigo, en la década de la gran emigración (1929/1929) hicieron un registro especial por la cantidad de mujeres que se marchaban de Galicia. Yo a partir de ahí empecé a buscar las causas y, con todo, le di forma para que el resultado fuese un filme.

-¿Fue complicado conseguir la financiación?

-Estas películas son de bajo presupuesto, pero tienen una serie de necesidades porque trabajaron casi 80 personas. La música y el vestuario también son originales, así que necesitábamos cubrir ciertos gastos. Estuvo entre los 500.000 y los 600.000 euros y tuvo ayudas de diversa índole que, a pesar de no ser cuantiosas, sí permitieron que la película se hiciese como tenía que hacerse.

-¿No es difícil hoy en día hacer una película en Galicia y en gallego?

-Claro, es difícil. Pero la línea en la que yo trabajo es hacer cine contemporáneo en lengua gallega; si no, no haría cine. Creo que es imprescindible que la cultura gallega también se exprese a través del cine y cada vez hay menos espacios.

-Hablando de espacios, menos mal que existen pequeños cines como los Multicines Norte, ¿no?

-Y es que menos mal que nos quedan los Norte (ríe). Es casi el único cine que nos queda de este género en Galicia, y no quiero decir que no se vaya a estrenar en otros, como podría ser el de As Termas (Lugo), pero si hay salas que apuestan por un cine de autor, más personal y en versión original son los Cines Norte en Vigo, por eso había que estrenarla ahí.

-Si los Norte cerraran sería un momento complicado para este tipo de producciones?.

-Sería difícil, sí. A mí los Norte me interesan porque defiendo los cines como lugares de encuentro para ver las películas en determinadas condiciones. Siempre digo que necesitamos políticas que además de apoyar la producción apoyen la distribución, por eso defiendo la existencia de esos espacios.

-Ahora solo llegan a la gran pantalla un tipo de películas, las grandes producciones.

-Claro, y llegan imponiéndose, porque nadie escoge eso, sino que lo impone el propio monopolio. Creo que es un problema que está acabando con las políticas de diversidad, con el derecho a ser diferentes y, al fin y al cabo, con la libertad de expresión.

-Volviendo a la película: hoy en día las formas de consumo están cambiando, ¿pensasteis en colocar "A cicatriz branca" en otras plataformas?

-Efectivamente me interesan mucho los nuevos métodos de consumo. Son una nueva forma de hacer circular el producto para que el público encuentre acceso. Sí, usaremos esas vías.

-Para acabar, ¿qué resultados esperáis del filme?

Yo lo que espero es que las personas tengan la oportunidad de verlo. Que se vea en Galicia, porque el cine gallego tiene que verse aquí. Y después que vaya a lugares donde se reconozca como una película gallega, que reconozcan un cine autoral e identitario, por eso me pareció muy importante grabarla en gallego.