Planeta celebra el vigésimo aniversario del manga que revolucionó a toda una generación, Dragon Ball, las archifamosas "Bolas máxicas". En 1992 el manga, la historieta japonesa, aún no era una realidad plenamente implantada en España. Cierto es que antes "Akira", de Katsuhiro Otomo, había sido un relativo éxito que, por supuesto, animó a las editoriales a tantear esos cómics tan exóticos venidos de Japón. Pero la revolución, como cantaba aquel, será televisada. Son Goku fue un fenómeno de masas en las televisiones autonómicas, incluida la TVG: "As bolas máxicas" se emitía diariamente y congregaba ante el televisor a niños, adolescentes y universitarios. Hoy se sigue reponiendo.

En este contexto (y en expansión, pues pronto canales estatales compraron los derechos de la serie) aparecía de la mano de Planeta de Agostini el cómic (que realmente es anterior a los dibujos de la tele) y su éxito fue rotundo. Una serie en formato comic-book, esto es, cuadernillos grapados, que relanzó el manga y el anime, creando legiones de lectores solo de manga ("otakus", los llaman), propiciando salones y eventos dedicados exclusivamente a las viñetas nacidas en el lejano oriente.

No es de extrañar el éxito de Goku. Sus aventuras amalgaman heroísmo e inocencia, humor y acción, aventura y cierto libertinaje muy propio del mundo infantil (lo escatológico visto desde la inocencia: que si toco unas bragas, que si tú no tienes colita...).

Saga épica de aventuras y fantasía, exótica pero al tiempo cercana, "Dragon Ball" cumple veinte primaveras en España, sigue joven y nos depara sorpresas, como una exclusiva "edición veinte aniversario" de este manga, sin duda uno de los mayores iconos culturales (o del entretenimiento, si prefieren) del Japón moderno. Habrá que volver a hablar de Goku, Bulma y el resto de personajes de esta fantasía para cualquier edad.