Activo profesional que pasó por el Club FARO, suyo es el libro El adolescente indomable (La Esfera de los Libros), todo un manual de ayuda a padres desbordados ante el comportamiento de sus hijos.

-¿Son indomables los adolescentes de hoy o el suyo no es más que un título comercial?

-Representa sin duda una queja de padres, profesores y sociedad en general que nuestros adolescentes son capaces de llegar a unas situaciones extremas que, si antes se daban en entornos desestructurados o empobrecidos, hoy ocurren en familias normales.

-Le pongo el ejemplo el botellón de Pozuelo con las agresiones a la policía ¿qué haría con esos jóvenes airados?

-Independientemente de toda la reflexión que toca, de que la impunidad legal es un tema que concierne a la Fiscalía del Menor y no a un psicólogo, pienso que las familias de esos chavales no deben mirar hacia otro lado, deben establecer consecuencias.

-¿Deben quedar o no impunes estos comportamientos?

-Hay una legalidad vigente que se aplica según la edad pero a mí como psicólogo lo que me preocupa es que no se tomen en las familias de ellos decisiones. Si no lo hacen, van a repetir este comportamiento.

-¿Cómo ve usted el botellón?

-El botellón no se puede facilitar porque esta acaparando la actividad de fin de semana de adolescentes. Lo que hay que fomentar son actividades alternativas.

-Pero ¿deben o no prohibirlo los ayuntamientos?

-Pues quizás haya que prohibir, o al menos no darle vía libre porque podemos encontrarnos con aglomeraciones imparables.

-Respeto, disciplina... ¿es posible recuperarlos ya roto el orden jerárquico que antes existía?

-Hay que establecer unos criterios de disciplina mucho más claros que los que existen ahora aunque es exagerado irse a modelos de tiempos pasados. No se puede confundir, por ejemplo, la proximidad del maestro con la falta de disciplina. Hay que dejar muy claro quien establece las normas.

-Poner límites, dice usted...

-El adolescente necesita esos límites más que nadie. Otra cosa es que se queje y proteste pero los necesita y a la postre lo beneficia.

-Hay una lógica entre mayores: nunca tuvieron tanto los adolescentes y nunca fueron tan conflictivos.

-Está claro que la necesidad es un motor de superación, de mejora, de búsqueda de recursos... Si estamos sobreprotegiendo a quienes criamos les estamos haciendo inermes ante las dificultades.

-¿Y la lógica de ellos? ¿No hay que intentar entenderla?

-Desde luego, hay que meterse también en su pellejo, aproximarse a ellos, intentar entenderlos porque sufren muchos cambios en poco tiempo y a eso se añade una sociedad que cambia de modo vertiginoso.

-Una agresión de hijo a padre ¿Puede tolerarse?

-Hay que observar para cortarlas de raíz antes, cuando se ve a un niño manipulador, chantajista, que no pide sino que exige... Si llega a la violencia física no hay que dejarla impune ya en la misma casa.