El ensayo realizado por investigadores de las Universidades de Sao Paulo (Brasil) y Northwestern (EE UU) que ha permitido a 20 enfermos de diabetes tipo 1 vivir sin insulina una media de 31 meses tras ser sometidos a un autotrasplante de células madre -extraídas de la médula ósea del paciente e inyectadas en el torrente sanguíneo- es, en opinión de los expertos gallegos en endocrinología un gran avance científico, aunque matizan que el estudio, publicado en la revista “Journal of the American Medical Association (JAMA)”, es demasiado pequeño -en el mismo participaron 23 diabéticos de tipo 1 de entre 13 y 31 años- para sacar conclusiones.

“Es un estudio prometedor, pero muy en precario aún para evaluarlo. Es prometedor porque es una nueva técnica que se lleva a cabo con células madre para reparar los defectos del páncreas que provocan que no genere insulina y esto ya es un gran éxito, pero falta por ver su efectividad en un mayor número de sujetos, la duración de su eficacia y ver si van a surgir problemas en el futuro”, aseguraba ayer Felipe Casanueva, jefe del Servicio de Endocrinología del Hospital Universitario de Santiago y presidente de la Sociedad Internacional de Endocrinología.

En similares términos se expresa Ricardo García-Mayor, jefe del Servicio de Endocrinología del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo (CHUVI) y presidente de la Federación Española de Diabetes, quien añade que habría que sopesar los pros y los contras que esta terapia, que requiere quimioterapia e inmunodepresores, tiene para cada paciente. “Si está muy mal el riesgo es asumible, pero si necesita muy poca insulima someterse al tratamiento sería aventurarse. Aún tendremos que esperar unos diez o quince años para comprobar si esta terapia funciona o no”, explica.

“Éste es un tratamiento prometedor porque es novedoso, pero hay que dejar claro que actualmente no es una opción terapéutica”, añade García-Mayor.

Los enfermos acogen el avance con cautela

Los enfermos y familiares de diabéticos de Galicia acogen esta nueva terapia con células madre con alegría, aunque también con cautela. “Cualquier avance para tratar de curar esta enfermedad lo recibimos con los brazos abiertos, pero sabemos que ésta no es tan fácil”, opina Manuel Martínez Barral, presidente de la Asociación de Diabéticos de Vigo.

Martínez Barral asegura que la diabetes de tipo 1 es una enfermedad con la que se puede vivir, pero que no es fácil de tratar. “Tienes que contarlo todo. Nosotros necesitamos ingerir hidratos de carbono, pero a veces consumes más de lo habitual y entonces la cantidad de insulina que necesitas varía”, explica este enfermo, que recuerda que la diabetes es, además, una enfermedad silenciosa. “Lo bueno que tiene es que no duele y lo malo es que, como no duele, te abandonas y cuando te das cuenta vienen las complicaciones”, manifiesta.

Loli López, secretaria de la Asociación de Coruñesa de Personas con Diabetes y madre de un niño diabético, califica esta terapia de esperanzadora, aunque la acoge con prudencia. “Somos realistas. Sabemos que la cura no está a la vuelta de la esquina y que hasta que no se dé con su origen, todos los tratamientos serán parches. Se trata de una enfermedad autoinmune, por lo que el sistema inmunológico puede volver a destruir las células productoras de insulina una vez recuperado el páncreas”, comenta. Aún así, asegura que lo importante es que se continúa investigando sobre la enfermedad y que se alcanzan avances.