No es Tom Hanks en la película La terminal pero lleva ya tres días viviendo en el aeropuerto de Madrid-Barajas. En su caso, el gallego Manuel García Coego ha tomado la decisión de "acampar" en las terminales con el fin de buscar a su perro, un beagle macho de casi dos años, que obedece al nombre de Trus y carece de chip. Coego denuncia de esta forma cómo Iberia le perdió el can el pasado 12 de septiembre en un traslado de avión.

Manuel, que se pasea por el aeropuerto arrastrando una bolsa agarrada a una cuerda y con carteles de denuncia contra la compañía, ha explicado que viajó el pasado día 12 de septiembre desde Canarias a Santiago de Compostela, vía Madrid, y que en ese mismo avión embarcó en una sola jaula a sus dos perros, de raza beagle.

Cuando llegó a Santiago de Compostela, la jaula con los perros no apareció, y unas "cinco horas después" le devolvieron sólo a uno de ellos, a la hembra. Ese día y los cuatro siguientes, asegura, "nadie le supo informar" de lo ocurrido. Al quinto día, se le explicó que al llegar a Madrid, y al trasladarlos al avión que iba a Santiago, se abrió la jaula y Trus se escapó.

Manolo, de 46 años, y trabajador de la construcción hasta hace unos años, afirma que está dispuesto a seguir viviendo en el aeropuerto hasta que le ayuden a encontrarlo."Sería una traición irme", porque es "mi compañero", ha asegurado.

Según ha explicado un portavoz de Iberia, el pasajero fue informado esa misma noche de que los perros no habían embarcado, ya que al manipular la jaula, ésta se desarmó por los puntos de sujeción, y se escaparon los dos perros. Los operarios, siempre según la misma fuente de Iberia, lograron capturar a uno de ellos, pero Trus huyó por las pistas sin que se le pudiera dar alcance.

Iberia le pidió al dueño una foto del perro e informó de los hechos a los halconeros, bomberos, y Guardia Civil con base en el aeropuerto. Según la aerolínea, el pasado día 18 de diciembre, el propietario de Trus solicitó ir a Barajas para buscarle personalmente, y el día 19, acompañado de un conductor y un operario, salió a las pistas y alrededores en tres ocasiones, de mañana, tarde y noche, pero no tuvo éxito en la búsqueda.

Un triste antecedente

No es la primera vez que un pasajero denuncia la pérdida de su perro en un vuelo. En 2006, el vigués Luis García denunciaba la desaparición de su coker Lola facturado en su viaje Alicante-Madrid-Vigo. Días después, un can muy similar a Lola apareció atropellado en una carretera cercana a Barajas.