"Hasta ahora no hay crisis para Madonna", aseveró el productor Arthur Fogel, de la promotora Live Nation, en declaraciones a la edición digital del diario Folha de Sao Paulo, el mismo día en que la "reina del pop" se despide de los escenarios brasileños con su último concierto en la capital paulista.

"Casi todas las entradas fueron vendidas antes de la crisis. No hubo ningún impacto, pero en el futuro tendremos que ser más cuidadosos, pues el ambiente económico es pésimo y la crisis va a afectar los negocios de la música, pero los grandes artistas no deben sufrir grandes impactos", enfatizó Fogel.

La venta de 2,3 millones de entradas para los 58 conciertos ofrecidos en 17 países aportarán a la organización de la gira de la cantante estadounidense unos 280 millones de dólares.

La alcaldía de Sao Paulo señaló que los tres conciertos de la artista convocaron a 39.000 turistas, quienes dejaron en la ciudad 23,4 millones de reales (unos 9,9 millones de dólares) por concepto de hoteles, restaurantes, alquiler de automóviles y compras con tarjetas bancarias extranjeras.

Madonna "es un buen negocio. En este punto de su carrera está mejor que nunca. Hay una buena planificación. Optamos por tocar en estadios mayores y para más gente y también incluimos ciudades donde ella nunca se había presentado o no tocaba hace mucho tiempo", apuntó el empresario.

La venta de discos, admitió Fogel, ya no es el principal foco de la mercadotecnia de los grandes artistas, que apuestan más por las giras de conciertos y creación de productos exclusivos, como la línea de ropa de Madonna que el año pasado facturó 15 millones de dólares en la primera semana de su lanzamiento en Suecia.