Invitados por el Festival Internacional de Cine de Marraquech, que se clausura hoy, muchos invidentes han descubierto por primera vez largometrajes como "Gorillas in the mist", que mediante la técnica de la "audiodescripción" han permitido a los espectadores no perder la referencia de lo que ocurre en pantalla.

Con unos auriculares y no poca ilusión, ese nuevo público, poco asiduo a los cines en su vida diaria pero agradecido de que se les haya tomado en consideración, ha llenado desde el pasado viernes una de las salas de la sede del certamen.

"No veo mucha televisión y es la primera vez que me acerco a algo así, pero me parece muy interesante y espero que se generalice", dijo a EFE Mohamed Lachheb, que en una semana ha acudido a tres de las proyecciones.

La iniciativa, considerada pionera a nivel internacional dentro de un certamen cinematográfico, dado que experiencias similares en el Festival de Cannes no tuvieron tanto peso ni regularidad en la programación general, se ha ofrecido de manera paralela a la competición oficial.

En ella han participado tanto invidentes como curiosos con ganas de vivir la experiencia, en la que a través de los cascos una voz masculina y otra femenina se van intercalando para proporcionar descripciones rápidas pero no precipitadas sobre lo que ocurría cuando finalizaban los diálogos.

La explicación comienza ya en los títulos de crédito, al citar el nombre del director y de los actores y acompañar esas enumeraciones con descripciones del fondo de pantalla, y prosigue durante el resto del filme, con explicaciones breves y precisas, pero lo suficientemente evocadoras.

"Se debe ser lo más objetivo posible, respetar la obra del cineasta y mantener el ritmo de la película", dijo en rueda de prensa el periodista francés Olivier Bombarda, representante de la cadena de televisión ARTE, que ha facilitado al festival los ocho filmes audiodescritos proyectados.

A que el invidente no se pierda conforme avanzan las escenas contribuyen también la banda sonora de esos largometrajes y los sonidos de fondo, lo que hace que el espectador esté recibiendo información y estímulos durante toda la película.

Y la respuesta a este proyecto ha sido muy positiva, según señaló su responsable, Said Oumassou, quien a pesar de todo, no esconde las dificultades y limitaciones que este tipo de técnicas conllevan.

"Lo más difícil es elegir lo que se cuenta porque no se dispone de tiempo para decirlo todo. Después de haber seguido una película audiodescrita me pregunto si puedo decir que lo he captado todo, y me sorprendería que así fuera, porque el narrador hace una selección de los hechos", explicó.

Según destacó el jefe de esa nueva sección en el festival, "a algunos puede que les baste con saber que ha aparecido una montaña en la imagen, pero tal vez yo quiera saber qué tipo de vegetación tiene, lo que a los narradores a lo mejor les parece banal".

Al final de la proyección, reconoce, "dentro de una misma sala se habrán visto tantas películas como espectadores haya", unos gracias a lo que hayan podido ver en la pantalla, y otros guiados por las explicaciones de los narradores y el poder de su respectiva imaginación.

Se habrán visto estos días, por lo tanto, versiones muy distintas de "A room with a view", "Gandhi", "Strangers on a train", "Lolita", "To catch a thief", "Doctor Zhivago" y "The birds", clásicos del séptimo arte que para muchos de los marroquíes presentes fueron un descubrimiento.

Pero tal y como destacó el director artístico del festival, Bruno Barde, gracias a iniciativas como ésta el cine abre sus puertas a nuevos y diferentes espectadores, y gracias a esa voluntad de no excluir a ningún tipo de público, "seguirá existiendo".