No hay porqué otorgar a los intelectuales visión beatífica alguna. Los canallas con bibliografía no son por eso menos canallas. En mi experiencia sobre el_País Vasco y el terrorismo me han dado, por ejemplo, una impresión difícil de empeorar. Son capaces de firmar un manifiesto de apoyo a Timor Leste pero no sobre lo que tienen alrededor de ellos", dijo ayer el filósofo Fernando Savater en la charla-coloquio habida en el Club FARO, en la que participó con Ángela Vallvey como ganador y finalista respectivamente del Premio Planeta.

Presentados por Rogelio Garrido, subdirector de FARO, el encuentro se desarrolló casi exclusivamente por el ámbito estrictamente literario, si bien en algún momento se proyectó sobre los problemas de la vida cotidiana; un terreno en el que, como dijo el presentador, ambos se mueven perfectamente como caracterizados polemistas que no eluden dar su opinión aunque no sea políticamente correcta.

Por ejemplo cuando se inquirió a Savater sobre si había apreciado solidaridad de otros intelectuales en las causas contra el terrorismo que alienta. "Toda generalización es odiosa --respondió-._Por ejemplo, cada vez que hemos solicitado apoyo de Vargas_Llosa, allí estuvo._Pero mi experiencia es que a la mayoría de nuestros intelectuales se les pone dolor de cabeza cuando les pedimos que firmen un texto o no pueden salir ese día cuando les demandamos para una manifestación. Como me decía un niño colombiano que confundía solidaridad con soledad, nos han dejado muchas veces ´solidarizados".

Hipotecas a 40 años

Por su parte, Ángela Vallvey tampoco eludió opiniones de claro contenido social. "Vivimos en una inconsciencia bastante manifiesta. Habitamos una sociedad en la que nadie puede predecir lo que va a pasar mañana, en la que dependemos de cuestiones que cada vez se nos escapan más y cada vez nos parecen más azarosas pero somos capaces de coger hipotecas a 40 años". "En cuanto a si somos mejores o peores que antes -dijo en el curso del coloquio- , pienso que, aunque es cierto que vivimos mejor, nuestra evolución como personas se detuvo hace mucho y ya no hemos dado un salto hacia adelante. Todas las utopías propuestas han tenido mal fin".

El azar, la suerte, el destino ¿Hay relación entre suerte y destino? A esa otra pregunta respondió Savater acudiendo a la filosofía ("los griegos no sabían de la suerte sino del destino...") y Vallvey prefirió responder recurriendo a lo que ella misma pone en boca de un personaje de una de sus novelas: "En mi familia no es que tengamos mala suerte, es que de pobres que somos no tenemos ninguna".

Alguien del público preguntó a Savater si, dada su trayectoria de compromiso, no creía que escribir una novela era una actividad ociosa, tiempo perdido para otras cuestiones más necesarias.

Ociosidades

"Me concederá usted que no soy yo de los que desaprovechan su tiempo con ociosidades y que, más bien, soy de quienes hacen los deberes y no miran a otro lado. El pasado año participé en la fundación de un partido (UPD), lanzamos un manifiesto por la lengua común que nos trajo no pocas incomprensiones, preparé minuciosamente mi último curso como profesor en la Facultad, escribí artículos aparte de mis ensayos... Pero a veces me siento una farmacia de guardia a la que acuden en busca de recetas. Y la novela es un refugio que, en todo caso, no debe ser entendida como una ociosidad".

Dudó Ángela Vallvey, por su parte, que estuviera muy presente el sexo en su novela como alguien sugirió. "Lo que sí hay es una especie de manifiesto antilolita porque creo que se ha creado, sobre todo a partir de Internet, soporte en el que se detectan muchos pedófilos, una mentalidad de relajación respecto a los adolescentes o prepúberes. Está también en la publicidad, con el uso de modelos muy jóvenes en posturas equívocas o ambiguas. Es como si, al tiempo que hemos aumentado nuestros años de vida, vertiéramos una zona de sombra sobre esa breve etapa de pureza".

"Yo en literatura me considero un hedonista"

La literatura fue en realidad lo que consumió más tiempo de la intervención del ganador y la finalista del Premio Planeta. ¿No se sorprende la gente, acostumbrada a su discurso filosófico, con sus novelas o ficciones literarias? Eso le preguntaron, por ejemplo, a Savater. "Ya nos limita bastante la vida a cada uno de nosotros -respondió- como para que nos limitemos aún más a nosotros mismos en nuestros deseos. Hay que experimentar, sobre todo cuando uno halla placer en ello y yo en literatura soy un hedonista. Yo he escrito cuatro novelas, obras de teatro... pero la gente me tiene encasillado en la filosofía. Si les digo la verdad, al acabar el Bachillerato hubiese hecho Literatura si en aquel tiempo hubiera esa alternativa, que es en el fondo lo que siempre me ha gustado".

"No vamos a beatificar a los poetas"

Entre otras muchas cuestiones inquirieron a Ángela Vallvey sobre su última novela y la imagen que da de los poetas. "Más que de altas inspiraciones habla de bajas pasiones", le comentaron, a lo que respondió: "Evidentemente, yo tampoco voy a beatificar a los poetas, entre los que me cuento, aunque tampoco voy a negar que tengan sus debilidades. Pero no se preocupe, tengo excelentes poetas y amigos y estoy seguro de que cuando lean la novela lo van a seguir siendo. En realidad instrumentalicé un terreno por mí conocido para hablar de los sentimientos".

Vallvey, que dijo que le gustaba literariamente la piratería clásica, aquella que incluía libertarios y utópicos, sorprendió al público con una de esas afirmaciones suyas: "Confío más en una máquina que en un humano -dijo riendo tras afirmar Savater que éstas le tenían animadversión a él-. Un cajero automático nunca me falla".