El director de la oficina de Seguridad Alimentaria de Cantón y portavoz de este organismo durante el escándalo de la leche contaminada con melamina, Wang Fan, confirmó esdta posibilidad según el diario cantonés "Yangcheng Wan Bao".

A juicio de Wang, emplear las existencias de leche contaminada en la fabricación de ladrillo resultaría una opción más ecológica y económica, ya que supondría un gasto aproximado de 102,5 dólares por tonelada (80,54 euros), mientras que enterrarlas cuesta 366,09 dólares (287,63 euros) por tonelada.

Afirmó que la opción de emplear esta leche en la fabricación de ladrillo es una de entre las varias que barajan los expertos, que la consideran viable siempre que se consiga la suficiente presión como para que se vaporice.

Cuatro bebés fallecieron y 53.000 niños resultaron afectados por ingerir leche contaminada con melamina, un compuesto químico utilizado en la fabricación de plásticos y resinas con el que se pretendían falsear los niveles de proteínas.