Se cree que Defoe (1660-1731) basó la figura del protagonista de su libro más famoso, escrito en 1719, en la historia real del naufragio del marinero escocés Alexander Selkirk, que fue rescatado de esa isla al oeste de Chile en 1709.

Unos agujeros donde parece que estuvieron hincados unos palos muestran que Selkirk construyó dos refugios en un lugar junto a un arroyo desde podía divisar cualquier barco que pudiera acercarse, según lo los arqueólogos, que informan de su hallazgo en la publicación "Post-Medieval Archeology".

La isla se llamó en un principio Aguas Buenas, pero fue rebautizada posteriormente con el nombre de Robinson Crusoe en homenaje a ese héroe literario.

El equipo de arqueólogos encontró también sepultados en el terreno un par de instrumentos de navegación de la época, que se cree que pertenecieron también a Serkirk.

El capitán del buque que encontró al marinero informó de que éste tenía en su poder varios instrumentos matemáticos.

También dijo que Serkirk se había dedicado a cazar cabras salvajes en la isla, aunque no se han descubierto huellas de ese tipo de actividad.

Según David Caldwell, del Museo Nacional de Escocia, "los descubrimientos hechos en Aguas Buenas confirman la historia del paso de Selkirk por la isla".

"Esperamos que Aguas Buenas, bien gestionada, pueda convertirse en un lugar del que disfrute un número creciente de turistas en busca de los lugares que inspiraron a Defoe su obra maestra", afirma Caldwell.