Es uno de los astros de la salsa con mayúsculas con un compás imposible de resistir y que ayer luchó pulso a pulso contra las sillas del público en Castrelos. Por supuesto, ganó la música tras dos horas de concierto del mismísimo Rubén Blades. Más de 8.000 personas -unas 2.000 en el recinto de pago- acudieron al único concierto de la estrella panameña en Galicia, tierra de sus antepasados, concretamente, de su abuela.

Blades, con 60 años de edad, convenció a un público en un directo que comenzó con el tema "Piesotes" tocado por su banda sin su presencia para enlazarlo con la canción "Juan Pachanga", con la que irrumpió en el escenario y a la que siguió su éxito "Decisiones".

Su son siguió llegando ayudado de sus músicos de confianza, los costarricenses Son de Tikizia, y de Rosa Cedrón. La violenchelista y ex vocal de Luar na Lubre hizo suyo el escenario interpretando "Lágrima", de la famosa Amalia Rodriguez; mientras Blades tocaba la percusión. En el graderío, ovación. No era para menos.

El "ministro de la salsa" parecía estar cómodo aunque llevase cuatro años apartado de las giras, aunque la noche fuese más fría que cálida para gozar del compás de canciones como "Maestra vida", "Amor y control" o el famosísimo y coreadísimo "Pedro Navaja", elegidas por sus fans en la red.

Blades llevará a Galicia en el corazón y en una grabación, la que se ofrezca de su concierto de ayer en Vigo en su show de www.rubenblades.com.

Sus fans, por su parte, lo recordarán con sus maracas pintadas como la bandera panameña, su voz que llega hasta lo profundo y el amor por su país, que promocionó continuamente: "En mi juventud, mujer que salía conmigo, mujer que viajaba; yo me convertí en una especie de agencia de viajes, un precursor de lo que ahora soy: ministro de Turismo: Espero que nos visiten todos pronto".