Ramón Fábregas (Lugo, 1957) lleva desde los años 80 del pasado siglo investigando la cultura del megalitismo gallego, con atención especial a los petroglifos. Entre las publicaciones realizadas por él, figuran "Aproximaciones a la cultura material del megalitismo gallego" (1988), "Megalitismo del Noroeste de la Península Ibérica" (1992) y "Los petroglifos y su contexto" (2001). Además, es coeditor de "Arqueoloxía da Morte na Península Ibérica desde as Orixes ata o Medievo" (1995), "Os primeiros poboadores de Galicia: o Paleolítico" (1996) y "A Idade do Bronce en Galicia: novas perspectivas´"(1998).

- ¿Por qué o cómo eligieron la Cova de Valdavara para las prospecciones?

- Estoy dirigiendo un proyecto de investigación que trata de los primeros pobladores de Galicia en la zona interior. En este proyecto, ya estuvimos trabajando en excavaciones en la cuenca de Monforte. El problema de los yacimientos al aire libre es que no permite la buena conservación del material orgánico, de aquello que no es piedra. Así que decidimos realizar sondeos en cuevas que se encontraban en las montañas orientales. El pasado año, iniciamos los sondeos en Valdavara donde descubrimos este asentamiento, una ocupación del Paleolítico Superior.

- ¿Por qué es tan destacado el hallazgo de las cuentas de un collar de hace 17.000 años?

- Se trata del primer hallazgo de un adorno producido en una excavación científica en Galicia. Hasta ahora, sólo se había encontrado un adorno en Villalba -el colgante pétreo de Férvedes II- pero no había sido localizado en una excavación.

- Curioso que hace tantos años, los humanos ya fuesen coquetos.

- Nuestro hallazgo es la prueba de que se parecían a los humanos modernos en el gusto por el adorno personal, que ya existía una personalización de su apariencia y vestimenta. Demuestra que nuestros antepasados ya tenían esa preocupación estética.

- ¿Conocen si esas cuentas del collar de conchas pertenecían a un hombre o a una mujer?

- De momento, en este nivel del Paleolítico Superior no hemos encontrado restos humanos, no se puede descartar esa posibilidad. Lo que sí tengo que decir es que los objetos de adorno podían llevarlo tanto hombres como mujeres.