Ágatha de Santos / VIGO

Ricard Terré recogerá el próximo día 24 en Madrid el Premio Bartolomé Ros que PhotoEspaña concede a la mejor trayectoria profesional y que está dotado con 12.000 euros. Así, el prestigioso certamen distingue la obra de uno de los maestros de la fotografía, cuya obra tiene como protagonista al ser humano en su esencia más pura.

- ¿Qué significa este premio para usted?

- Es una satisfacción muy grande, y no lo digo por vanidad. Al venirme a vivir a Galicia quedé al margen del ambiente fotográfico y en ese tiempo se han dado premios muy merecidos, pero otros no tanto. Me ha sorprendido mucho porque ya me había resignado a estar metido en un cajón. No es que la obra de los artistas que vivimos fuera de Madrid y Barcelona no se conozca, pero a veces no se refresca nuestra presencia, quedamos un poco olvidados.

- La sociedad ha cambiado mucho desde que comenzó a fotografiarla en celebraciones como Semana Santa y Carnaval hace casi medio siglo. Sin embargo, estos temas continúan centrando su obra...

- Muchas personas me comentan eso, sí, pero yo sigo fotografiando lo mismo: al hombre, y el fotógrafo y el material siguen siendo los mismos. Por eso creo que mi trabajo mantiene una coherencia.

- Porque usted continúa trabajando con cámara analógica y en blanco y negro...

- Sí porque mi obra está dominada por la caricatura, que es simplificar los rasgos al máximo para ir directamente a la expresión. Igualmente, el blanco y negro simplifica, matiza, para ir a lo esencial. Eso no quiere decir que no me guste el color, pero no para mí.

- ¿Cómo ve el panorama de la fotografía hoy en día?

- Ahora hay fotógrafos que se han metido en nuevos campos en los que se interviene mucho. A mí no me gusta intervenir en la foto. Una fotografía no se hace, se encuentra.

- Dice que le interesa retrarar al hombre, pero ¿qué exactamente?

- Aquellas expresiones que hay en esos actos en los que actúa un poco al desnudo. Por eso fotografío actos religiosos, carnavales, sobre la muerte... porque es aquí donde el hombre muestra su expresión más espontánea. Trabajo con un angular de 28 mm., lo que me obliga a estar a 50 centímetros de la persona a quien fotografío, y nunca he tenido un problema. Ahora, si no quieren salir, también lo respeto. Esa fotografía no ve la luz.

- Sus fotografías despiertan reacciones muy diversas en el espectador, incluso llegan a incomodar a veces. ¿Buscan provocar al público?

- Mi pretensión es mostrar al ser humano tal y como es. Muchos se identifican con ellas y por eso pueden molestarse, porque les urga un poco en el interior. La fotografía tiene que provocarte un sentimiento. Si resulta indiferente, no hay foto.