Saramago, delgado y con aspecto frágil pero recuperado tras sus problemas de salud del año pasado, comentó la suerte que ha tenido porque su tierra de origen no se haya vuelto "indiferente o ajena", y dijo que se sentía cada vez más feliz en ella.

La aldea lusa de Azinhaga, donde nació hace 85 años, se vistió de fiesta para recibirle y celebrar una ceremonia solemne en la que se hermanó con Tías, el pueblo de la isla canaria de Lanzarote donde fijó su residencia el novelista, y Castril, la localidad andaluza de la que es oriunda su esposa, Pilar del Río.

Prácticamente toda Azinhaga, de menos de 2.000 habitantes, y muchos otros vecinos de las parroquias cercanas acudieron a la cita junto a decenas de invitados, personalidades e intelectuales, y participaron después en una gran cena al aire libre.

Además del hermanamiento, Azinhaga celebró hoy la apertura de una sede de la Fundación Saramago, en la plaza central de la localidad, que exhibirá documentos y objetos relacionados con la vida del escritor.

También cuenta con una biblioteca, librería y cibercafé que la convierten en la primera institución cultural de esa pequeña localidad portuguesa.

Su alcalde, Vitor Guía, firmó con sus colegas de Tías, José Juan Ramírez, y Castril, José Juan López, el protocolo de hermanamiento "indisoluble y auténtico" que "culmina el proceso de conocimiento y aproximación mutua" iniciado hace ya varios años, según señala el propio documento.

La relación entre los alcaldes y sus localidades se desarrolló a la par de su vinculación con el escritor, que les hizo coincidir en varios actos, el primero de ellos cuando Saramago cumplió 84 años y presentó en Azinhaga "Las pequeñas memorias" de su infancia.

Volvieron a encontrarse después en Tías, donde se estableció el escritor hace 15 años, y en Castril, la localidad de Granada, donde el verano pasado Saramago y Pilar del Río renovaron su compromiso matrimonial.

La esposa del Nobel fue declarada hoy hija adoptiva de Azinhaga y una calle del pueblo, que hace esquina con la Rua de Saramago, recibió su nombre en la jornada de fiesta que se vivió con motivo del hermanamiento.

Con humor, Saramago consideró esa esquina "otro casamiento" y se alegró de que su pueblo haya acogido con tanto cariño a la mujer que ha llenado su vida.

En la declaración los tres municipios expresaron "los lazos de identificación fraternal, generados por la admiración y el cariño que los habitantes de Azinhaga, Tías y Castril sienten por el Nobel de Literatura" y la voluntad de perpetuar su nombre.

Además de estos actos, varios escolares de Azinhaga interpretaron dos piezas teatrales en la Plaza del Miradouro y se presentó el libro de José Enrique Días "Memorias de la Tierra de José Saramago".

El escritor, que habló en varios de los actos, expresó su satisfacción por la apertura de una sede de su Fundación en Azinhaga y confió en que se convierta en un sitio de reunión y de actividad cultural para los jóvenes del pueblo.

La jornada, cargada de emotividad para la pareja y para los amigos, autoridades y vecinos de las tres localidades que les acompañaron, concluyó con una cena popular al aire libre en la que se degustaron algunos de los platos típicos de la región central de Portugal.