"Creo que soy el actor que más ha trabajado en España. Nunca me ha faltado el trabajo y no dejaré de trabajar mientras pueda porque es mi vida; pero soy un actor invisible, porque no frecuento corrillos y cuando se hace una foto me coloco detrás", comenta el actor en una entrevista con Efe en el Teatro Pavón, sede de la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC), en la que representa su cuarto montaje con la formación, "El pintor de su deshonra".

Paco Merino ha recibido recientemente el Premio a Toda una Vida de la Unión de Actores, un galardón que reconoce una trayectoria profesional y que ya han recibido otros 16 premiados, como Nuria Espert o José Luis Gómez.

"Entrar en ese club por toda una vida..., ha sido muy emotivo!", comenta el actor, quien se reconoce "un autodidacta". "No tengo más que estudios primarios, pero a los 14 años empecé a leer y no he parado. Me gusta sobre todo la novela del XVIII, como Balzac y Dostoevsky. De hecho pasé de leer tebeos a Dostoevsky; es lo que nos pasa a los autodidactas, vamos a saltos", comenta entre risas.

Merino trabajaba en un banco mientras hacía sus pinitos en teatro de cámara, hasta que comenzó con una trayectoria profesional que le ha puesto a las órdenes de los directores de teatro y de cine más destacados, y junto a las grandes figuras de la interpretación como José María Rodero o Daniel Dicenta.

"Cine es lo que menos he hecho, pero tengo la suerte de haber trabajado en las grandes películas de Gutiérrez Aragón, con Carlos Saura y Víctor Erice", recuerda este actor, quien cree que en el séptimo arte siempre ha pasado lo mismo: "hay talento pero no hay industria que sustente la creación".

En teatro, se ha subido a las tablas con directores como José Carlos Plaza, Adolfo Marsillach, Lluís Pascual y Calixto Bieito, y más recientemente, con Eduardo Vasco, máximo responsable de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, quien, a su llegada, le reclutó para formar parte de uno de los elencos de la formación artística.

"Fue una sorpresa que me llamara, porque no le conocía", recuerda Paco Merino, quien reconoce que siempre le ha gustado más el teatro contemporáneo y había hecho muy poco clásico. Pero parece haber cogido el gusto al verso después de montajes como "Tragicomedia de Don Duardos" o "Amar después de la muerte": "estando aquí he encontrado bellezas que se me escapaban", comenta.

Pero si por algo es recordado en la calle es por su trabajo en televisión, donde participó en innumerables "Estudio 1", y muy recientemente en la serie "El internado".

"Los actores no tenemos planes. Me gusta seguir trabajando, aunque llega una edad en la que se hace un poco cuesta arriba...", confiesa un actor que ve un buen nivel en las escuelas de interpretación, pero que advierte: "se tiene talento, o no se tiene".