Un equipo de arqueólogos viajará a las profundidades de Stonehenge, el círculo de piedra más famoso del Neolítico, para averiguar cuándo y por qué fue construido. Su principal objetivo será determinar si fue el santuario de Lourdes de la época, un lugar al que se peregrinaba en busca de curación.

La excavación, que comenzó ayer y finalizará a mediados de mes, es la primera desde 1964 que se realiza en el yacimiento británico. La financiación de la investigación corre a cargo de la BBC y del English Heritage, la entidad encargada de la gestión del monumento.

Durante dos semanas, dos de los mayores expertos en la materia, el profesor de la Universidad de Bournemouth Tim Darvill y el profesor de la Sociedad de Anticuarios Geoff Wainwright, culminarán una investigación que ya dura más de seis años.

Ambos están convencidos de que la estructura de la llanura de Salisbury, en Wiltshire (Inglaterra), era un lugar de peregrinación al que acudían enfermos desde lugares remotos.

Para seguir adelante con esta hipótesis, los arqueólogos esperan encontrar respuestas en la muerte, ya que algunos de los restos humanos hallados en la zona presentan roturas de huesos y otras dolencias.

Además, nuevas técnicas de análisis han confirmado que muchas de estas personas recorrieron grandes distancias para llegar al suroeste de Inglaterra, lo que puede significar que viajaban en busca de una ayuda sobrenatural.

Algunas inscripciones neolíticas del entorno de Stonehenge relatan que existía la creencia de que las piedras eran mágicas y que las aguas locales tenían propiedades curativas.

En una zanja de 3,5 por 2,5 metros en el cuadrado sureste, los investigadores tratarán de recuperar fragmentos de los pilares originales del círculo de piedra originario, del que no hay restos visibles.

Las piedras que se aprecian en la actualidad fueron repuestas años más tarde de la construcción del original y las muestras tomadas en anteriores excavaciones fueron destruidas o mal datadas, por lo que no arrojan una información determinante para solucionar los misterios de Stonehenge.