PODOLOGÍA

Staphylococcus aureus: así es la bacteria resistente que tanta guerra puede dar en los pies

Las infecciones pueden propagarse fácilmente de los pies de una persona contagiada al suelo de la ducha y de ahí a nuestro pie

Staphylococcus aureus: la bacteria resistente que puede infectar los pies.

Staphylococcus aureus: la bacteria resistente que puede infectar los pies. / NIAID/NIH

Siempre es una buena noticia que cada vez más gente practique deporte o ejercicio físico de forma regular. Pero como todo, también conlleva sus riesgos. En este caso, y teniendo en cuenta que los lugares elegidos para la práctica deportiva, como gimnasios, clubs deportivos o residencias de estudiantes, disponen de duchas, las infecciones en los pies han dejado de ser algo reducido al uso de piscinas. 

Por eso, además de todo lo que se ha de tener en cuenta a la hora de practicar ejercicio físico, el Ilustre Colegio Oficial de Podología de la Comunitat Valenciana (ICOPCV), recuerda que también se deben seguir una serie de pautas de higiene para evitar estas infecciones. 

Las infecciones más comunes son fúngicas, bacterianas y víricas y pueden contraerse a menudo en el suelo de las duchas públicas porque estos organismos proliferan en ambientes cálidos y húmedos. Las infecciones pueden propagarse fácilmente de los pies de una persona contagiada al suelo de la ducha y de ahí a nuestro pie”, explica Jorge Escoto, podólogo y miembro de la junta directiva del ICOPCV. 

Las infecciones pueden propagarse fácilmente en la duchas de uso público.

Las infecciones pueden propagarse fácilmente en la duchas de uso público. / Adobe Stock.

Staphylococcus aureus resistente a la meticilina

Los podólogos valencianos señalan que las afecciones más habituales entre las personas que practican deporte son el pie de atleta, la onicomicosis y las verrugas. Pero a todas estas patologías hay que añadir una más: la infección por staphylococcus aureus resistente a la meticilina (SARM)

Esta infección es más propia en ambientes hospitalarios entre personas que han estado ingresadas y se relacionan procedimientos invasivos, como cirugías, catéteres intravenosos o articulaciones artificiales. A pesar de ello y aunque no es muy frecuente, los cierto es que este tipo de infecciones adquiridas en gimnasios o duchas comunes, han comenzado a llegar a las consultas de podología. 

Hablamos de un tipo de bacteria resistente a muchos antibióticos, que cuando infecta lo suele hacer en la piel y a nivel local. Pero puede penetrar más en el organismo y provocar también infección en los órganos internos. 

Cuando el SARM infecta los pies el signo más evidente es la aparición de unos “bultos inflamados, rojos y sensibles en la piel que parecen granos o picaduras de araña”, explican los especialistas. Estos bultos pueden derivar en abscesos profundos que provocan mucho dolor y fiebre, y que van a requerir la administración de antibióticos o, incluso, que se tenga que colocar un drenaje quirúrgico en la herida abierta. 

El pié de atleta es una de las infecciones de los pies más frecuentes.

El pié de atleta es una de las infecciones de los pies más frecuentes. / Tang21237. Freepik.

Otras infecciones de los pies a tener en cuenta

Si al finalizar de hacer deporte bien en un gimnasio, bien en un club deportivo del tipo que sea, se usan las duchas comunes, hay que tener en cuenta las infecciones más frecuentes que esto puede provocar. Por ejemplo, el pie de atleta. 

También llamado ‘tinea pedis’, es la infección más común en duchas públicas y es una infección por hongos. Se identifica porque provoca la descamación entre los dedos o en la planta de los pies. 

Tal y como explican desde el ICOPCV, este tipo de infección es importante tratarla rápidamente “porque cuando se extiende en el tiempo puede provocar infecciones en las uñas de los pies, que son más difíciles de tratar, y extenderse a los espacios interdigitales”.  

Otra de las afecciones más frecuentes es la onicomicosis, que es la infección por hongos en las uñas. Si los hongos se apoderan de las uñas estas se vuelven más frágiles y se rompen con facilidad. “Aunque es poco contagiosa por contacto directo, existe un alto riesgo de infección derivado de los restos de queratina o de uña con esporas de los hongos, que pueden permanecer vivos largo tiempo en piscinas y duchas públicas. Es precisamente en baños y gimnasios donde más riesgo existe de contraer una onicomicosis”, señala Jorge Escoto.

Por último, en este tipo de espacios compartidos también es muy habitual el contagio de verrugas. Causadas por una familia del VPH, esta infección cutánea causa la aparición de “protuberancias ásperas y escamosas en la planta de los pies. Son lesiones que en fases iniciales no duelen y que tienen un periodo de incubación largo y si tardan en tratarse pueden extenderse a otras zonas de los pies”, advierten los podólogos. 

Los podólogos recomiendan el uso de chanclas en las duchas.

Los podólogos recomiendan el uso de chanclas en las duchas. / Freepik.

Pautas para prevenir las infecciones en las duchas públicas

Lo primero que hay que saber para poder evitar este tipo de infecciones es saber cuáles son sus factores de riesgo: 

  • No cuidar la higiene de los pies.
  • No secarlos completamente después de cada ducha.
  • Usar zapatos muy cerrados que no transpiren. 
  • No utilizar chanclas en las duchas y vestuarios públicos.
  • Sufrir cortes, ampollas o heridas en los pies facilita las infecciones. 

Teniendo en cuenta eso, desde el ICOPCV señalan qué debemos hacer para no contagiarnos con estos hongos, virus o bacterias

  • Lo primero es asegurarse de que los responsables de la instalación desinfectan correctamente y de forma periódica los suelos de las duchas comunes. 
  • Usar siempre chanclas para acceder a las duchas. Luego estas chanclas hay que lavarlas y desinfectarlas. Y lo más importan, no dejarlas secar dentro de una bolsa de plástico. 
  • También hay que secar cuidadosamente los pies, prestando atención a los espacios interdigitales.

Y si a pesar de todas las precauciones sufrimos cualquier síntoma susceptible de infección debemos contactar con un podólogo para diagnosticar y tratar cuanto antes.