Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Mirar un cuadro

Carlos del Amor realiza una mirada sobre 35 obras de arte transformando cada pieza en un producto informativo y, al mismo tiempo, cultural

El periodista cultural Carlos del Amor.

Mirar un cuadro

Tomo prestado este título de aquel excelente programa de TVE que en cada entrega enseñaba a leer a la audiencia, en varias dimensiones, los contenidos y el significado de un cuadro. Lo hago porque traigo aquí otra mirada, la que sobre 35 obras de arte hace en “Emocionarte. La doble vida de los cuadros” (premio Espasa de ensayo de 2020) uno de los periodistas culturales de esta cadena, Carlos del Amor, de cuyo trabajo, riguroso e imaginativo, gozamos en los telediarios de esta televisión pública. Del Amor transforma cada una de sus piezas en algo más que en un producto informativo; de hecho cada una de ellas es en sí misma, al mismo tiempo, también un producto cultural.

Todo cuadro tiene al menos dos historias: la que el autor ha querido representar y la que interpreta o imagina cada espectador de ese mismo cuadro. Decía Pina Bausch que si a uno de sus montajes de danza contemporánea acudían 300 espectadores, cada uno de ellos hacía una interpretación diferente de su trabajo, y que todas esas interpretaciones eran correctas. Cuando contemplamos la escena de un cuadro todos imaginamos el antes y el después de esa escena, tejemos en torno a ella una historia verosímil que inventamos o que creamos basándonos en datos que conocemos. Este es el ejercicio que Carlos del Amor ha trasladado a las páginas de este libro, con una osadía cuando menos envidiable. Además, aprovecha ese imaginario para introducir los datos biográficos reales y las anécdotas sobre los autores y las autoras (hay aquí una buena representación femenina) de cada uno de los cuadros elegidos. Unas veces lo hace imaginando un monólogo del propio artista, otras como diálogo con sus modelos o con personajes de su entorno. Hay aquí, junto a las reflexiones del autor sobre el arte, la técnica, los protagonistas o los escenarios de los cuadros que ha elegido, un hilo conductor que descansa sobre la premisa que el autor adelanta en el prólogo: “Los ojos de hace uno o dos siglos no son los ojos de ahora, ni los de ahora serán los de dentro de doscientos años”. En esta línea elabora sus comentarios sobre cuadros muy conocidos como “La vieja friendo huevos” de Velázquez, “Los amantes” de René Magritte, “Los bebedores de absenta” de Degas o “Madrid desde Torres Blancas” de Antonio López, pero hay que decir que Carlos del Amor ha seleccionado sobre todo cuadros poco conocidos de grandes autores como Rembrandt, Monet, Vermeer, Munch o Hopper, y de otros que no figuran en las antologías habituales de las historias del arte, como Ángeles Santos, Utagawa Hiroshige, Rosa Bonheur, Hendrick van Anthonissen o John-Francis Rigaud, cuadros y autores de los que nos descubre aspectos inéditos, insólitos o poco conocidos, que nos proporcionan hallazgos luminosos y hacen de la lectura de este libro un ejercicio gratificante.

Compartir el artículo

stats