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La novela del exilio cubano

Leonardo Padura publica “Como polvo en el viento”, una reflexión de su generación sobre la Cuba actual

Leonardo Padura FdV

La popular canción “Dust in the Wind” del grupo norteamericano Kansas (fue éxito internacional en 1977) inspira el título de “Como polvo en el viento” (Tusquets), la última novela del cubano Leonardo Padura. Sin ser una descalificación general del régimen castrista, Padura (como ya hiciera en “La novela de mi vida” y sobre todo en “Regreso a Itaca”) vierte a lo largo de esta novela críticas explícitas a ciertas peculiaridades del sistema político de La Habana, sobre todo a aquellas que afectan a las libertades de las personas que viven en la isla, fundamentalmente a la prohibición de abandonar la isla y viajar al extranjero, que provoca verdaderos dramas sociales y familiares. Padura critica también los enfrentamientos sobre el futuro de la isla entre los propios cubanos: comunistas y anticomunistas, proyanquis y antiimperialistas, regionalistas y autonomistas… y denuncia la corrupción muy generalizada que se ha adueñado de los cubanos, consecuencia de la lucha por la supervivencia: “… los vendedores solían estar conchabados con los distribuidores y los distribuidores con los inspectores y estos con los administradores, y la cadena podía tener muchos más eslabones, ramificaciones hacia los lados y hacia arriba”. Crítica a un régimen cuyo icono más representativo en esta novela es la escultura al ángel caído que se erige en el parque madrileño del Retiro, bajo cuya sombra uno de los exiliados reflexiona sobre el pasado y el futuro.

Como polvo  en el viento

Como polvo en el viento

La popular canción “Dust in the Wind” del grupo norteamericano Kansas (fue éxito internacional en 1977) inspira el título de “Como polvo en el viento” (Tusquets), la última novela del cubano Leonardo Padura. Sin ser una descalificación general del régimen castrista, Padura (como ya hiciera en “La novela de mi vida” y sobre todo en “Regreso a Itaca”) vierte a lo largo de esta novela críticas explícitas a ciertas peculiaridades del sistema político de La Habana, sobre todo a aquellas que afectan a las libertades de las personas que viven en la isla, fundamentalmente a la prohibición de abandonar la isla y viajar al extranjero, que provoca verdaderos dramas sociales y familiares.

Padura critica también los enfrentamientos sobre el futuro de la isla entre los propios cubanos: comunistas y anticomunistas, proyanquis y antiimperialistas, regionalistas y autonomistas… y denuncia la corrupción muy generalizada que se ha adueñado de los cubanos, consecuencia de la lucha por la supervivencia: “… los vendedores solían estar conchabados con los distribuidores y los distribuidores con los inspectores y estos con los administradores, y la cadena podía tener muchos más eslabones, ramificaciones hacia los lados y hacia arriba”. Crítica a un régimen cuyo icono más representativo en esta novela es la escultura al ángel caído que se erige en el parque madrileño del Retiro, bajo cuya sombra uno de los exiliados reflexiona sobre el pasado y el futuro.

Cuba como un pueblo confrontado hacia sí mismo y hacia la diáspora que se configura en los remolinos de un relato sitiado entre la isla y el mundo.

Los protagonistas de “Como polvo en el viento” (algunos inspirados en casos reales) son personas que, sin manifestar un claro enfrentamiento con el régimen político en el que fueron educados y formados profesionalmente, muestran en grados diversos un descontento que no llegan a exponer públicamente por temor a las represalias que habitualmente se derivan de este tipo de actitudes en regímenes totalitarios. Intercambian sus ideas dentro de un grupo de amigos que autodenominan el Clan, aunque siempre temiendo que entre ellos se oculte un chivato que pueda denunciar a los participantes de estas reuniones: el miedo es otro protagonista de la novela, un miedo del que nunca consiguen librarse y que precede a un peligro que puede venir sin avisar (“En el socialismo nunca sabes el pasado que te espera”, dice uno de los protagonistas). El Clan lo integran tres matrimonios formados por Clara y Darío, Fabio y Liuba y Elisa y Bernardo; una pareja de homosexuales (Irving y Joel), Horacio y su novia Guesty, y Walter Macías, un pintor excéntrico que tiene la extraña capacidad de irritar al resto de sus compañeros. Los hijos de Darío y Clara, Ramsés y Marcos, también se convierten, a medida que van creciendo, en personajes importantes de la novela. La acción se inicia en 1989, cuando la caída del muro de Berlín y la desintegración de la Unión Soviética llevó a Cuba a una situación económica desesperada (bautizada por el régimen como Periodo Especial) al faltarle el apoyo diplomático y sobre todo económico de la potencia que en buena medida hasta entonces la sustentaba. Y llega hasta los años en que se iniciaron las maniobras de acercamiento entre Cuba y los Estados Unidos propiciadas por las gestiones de Barack Obama en 2016.

Leonardo Padura, en su casa en La Habana. Alejandro Ernesto/Efe

Pese al agradecimiento que todos los componente del Clan reconocen al régimen gracias al cual pudieron cursar sus estudios universitarios y formarse como buenos profesionales, poco a poco uno tras otro sienten la necesidad de abandonar el clima político asfixiante que se vive en la isla y acceder a una situación económica como la que saben que gozan los profesionales de su categoría en otros países. La salida se convierte en la obsesión que va ganando a casi todos ellos, una situación que los enfrenta a los sentimientos que tienen como cubanos amantes de su país y de todo lo que conlleva una vida entera identificada con su patria, su familia y sus amigos, y la incertidumbre de un futuro exilio del que no saben si podrán volver algún día. Buscan salir de Cuba como sea: unos aprovechando permisos oficiales, otros trampeando y algunos incluso como balseros. Cada uno de ellos representa un drama diferente y su vida fuera de Cuba (¿exiliados, emigrantes, expatriados?) sigue asimismo caminos en los que van forjando una nueva identidad y una nueva vida, burguesa o miserable, según el destino los haya llevado a Madrid, Barcelona, Florida, Francia o Buenos Aires. Sólo Clara se mantiene fiel a su país y se niega a abandonarlo pese a tener posibilidades de hacerlo.

  • Leonardo Padura recibió el Premio Princesa de Asturias de las Letras en 2015

Los diferentes itinerarios que toman cada uno durante su vida en Cuba y en el exilio al que algunos consiguen acceder, se sustenta en una trama de peripecias familiares, amorosas y sexuales, algunas trágicas, vividas por todos ellos, con repercusiones trascendentales en sus vidas y en su futuro. Y también en el del sus hijos. Una novela coral (no hay un protagonista central de la trama) que mantiene el interés por su desenlace hasta el último capítulo de esta extensa novela (casi 700 páginas) en la que los protagonistas llegan a aquella conclusión que ya estaba en la letra de la canción que escuchaban dentro del Clan: al final todo lo que somos es polvo en el viento.

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