En plena crisis del servicio de Urgencias del Hospital Montecelo, con al menos diez de sus trabajadores positivos por un brote de coronavirus, la atención sanitaria se complica cada vez más y, como suele ocurrir en estos casos, los grandes perjudicados terminan siendo los pacientes.
La falta de médicos, puesto que ya son ocho los afectados por la Covid a raíz de este brote, además de dos enfermeras, y la imposibilidad de sustituirlos está provocado importantes problemas en el normal funcionamiento de este servicio del hospital de referencia de Pontevedra.
Tal y como ha podido saber FARO, esta semana se están produciendo importantes esperas por camas de ingreso entre los pacientes que acuden a Urgencias y que necesitan ser hospitalizados. Los tiempos que tienen que aguardar son más largos de lo habitual y la situación podría empeorar si se incrementan los positivos entre el personal sanitario.
Además, se recrudecen las acusaciones entre la gerencia del área sanitaria y el colectivo médico. Ayer mismo, el Colegio de Médicos de Pontevedra recordó al Sergas "que no puede hacer culpable del brote a los profesionales sanitarios".
La dirección del CHOP afirmó hace unos días que el brote en Urgencias se debía a un contagio previo en el ámbito familiar de uno de los médicos del servicio, a través del cual se iniciaría la cadena de transmisión del virus.
"No debemos olvidar que tanto los facultativos como el resto del personal sanitario están mucho más expuestos a poder contagiarse", subraya el organismo colegial ahora, que insiste en que se deben realizar test entre estos profesionales "con mayor frecuencia", así como ejecutar "debidamente" todas las medidas de protección disponibles.
En este sentido, el Colegio de Médicos manifiesta que en caso de duda del estado de salud de los trabajadores sanitarios, estos no deben estar en sus puestos "mientras no sea seguro y definitivo su diagnóstico".
"El Sergas debe procurar que sus profesionales se encuentren siempre en las mejores condiciones posibles, ya que son ellos mismos los primeros interesados en no ser contagiados ni contagiar a los pacientes y a sus familias", concluye.
Al igual que el Colegio de Médicos, los sindicatos del área sanitaria recalcan también que se trata de un brote intrahospitalario.
"Dichos contagios no se producen por una mala praxis, sino probablemente por compartir espacio de trabajo, ya que es el único vínculo para todos los casos. Dicho espacio, más concretamente el despacho médico, es un espacio de unos 40 metros cuadrados con 12 ordenadores, sin espacio mayor de un metro entre ellos, donde pueden llegar a estar entre cinco y 15 personas trabajando habitualmente", aseguran fuentes de CESM, Co.Bas y Prosagap, que añaden que dicho despacho médico solo se limpia una vez al día, "pero suelos y mesados, no teclados u otras superficies".
Cuatro días sin cribado
Tal y como asegura uno de los médicos del servicio de Urgencias, el doctor Miguel Suárez Briones, el cribado entre los contactos estrechos con la médica que dio el primer positivo no se produjo hasta cuatro días después de conocerse el diagnóstico.
Este facultativo informa de que fueron las propias compañeras de la enferma las que decidieron hacerse la PCR "ya que Medicina Preventiva les dijo que no hacía falta porque creía que no eran contactos estrechos".
Como también resultan positivas, y en vista de que la situación tomaba un cariz preocupante, el coordinador de Urgencias solicitó una reunión con la dirección médica del CHOP, sin obtener respuesta. Ante ello, se puso en contacto con el gerente general del Sergas, el doctor Flores, que medió para que la gerencia finalmente tomase las medidas preventivas correspondientes. Eso sí, varios días más tarde del aviso.
