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A la reconquista de los arenales y de la naturaleza

Los pontevedreses regresan a sus espacios de ocio preferidos y a las playas, que en este primer fin de semana tuvieron vigilancia policial

Un niño se baña en las cascadas Barosa pese a la prohibición. // G. S.

Primer fin de semana de playa tras el confinamiento (o al menos primero en el que se podía disfrutar de los arenales con baño incluido) y, a pesar de la niebla que apareció por la tarde, los arenales (tanto del litoral como las fluviales) fueron la alternativa de ocio preferida de los pontevedreses que, poco a poco, van reconquistando algunos de sus espacios al aire libre preferidos.

Algunos de estos enclaves son parajes o instalaciones vinculados al turismo de naturaleza o aventura en los que, desde hace semanas, han vuelto a registrarse visitas después de las semanas de confinamiento. Pese a su corta vida, uno de los puntos que es ya una referencia para el ocio al aire libre es el monte de San Martiño en Salcedo, en donde los comuneros han realizado una enorme labor de recuperación que incluyó la recreación de una aldea neolítica.

Según explica Fernando Pintos,presidente de la comunidad de montes, la crisis sanitaria de la Covid-19 provocó que tuviesen que suspender las visitas programadas que tenían concertadas con varios colegios. Sin embargo, una vez que la desescalada fue permitiendo la vuelta a estos espacios naturales (que además permiten el mantenimiento de las distancias de seguridad), Pintos confirma que poco a poco va aumentando el goteo de visitantes que acuden a disfrutar de la riqueza natural, etnográfica y arqueológica que ofrece el monte de Salcedo.

Las cascadas de A Barosa es otro de los lugares a los que enseguida acudieron los vecinos de la comarca para dar un paseo y disfrutar de sus rutas de senderismo. Eso sí,atendiendo a las prohibiciones de bañarse en las mismas que anunciaban ayer distintos carteles instalados al pie de las "fervenzas", aunque hubo también quién hizo caso omiso a estas advertencias y se metió en el agua igualmente, para mitigar el calor, más intenso ayer en el interior que en litoral.

También van retomando la actividad las instalaciones dedicadas al turismo de aventura en la comarca.Es el caso del Ecoparque de Marín que ayer volvió a funcionar con las primeras visitas que se registraron por cita previa.Los trabajadores regresaron a la actividad cumpliendo estrictos protocolos de higiene y desinfección que no impidieron a los visitantes disfrutar de los espacios de multi aventura y la naturaleza marinense. Otros entornos naturales como el Lago Castiñeiras o las Fervenzas de Segade en Caldas vuelven a acoger a familias y senderistas que quieren volver a disfrutar de ellos.

En cualquier caso, la playa fue ayer el lugar preferido por los pontevedreses para pasar el fin de semana y eso que las temperaturas no fueron tan cálidas como a lo largo de la semana (ayer apenas se llegó a los 25 grados) e incluso en Sanxenxo, por la tarde, se dejaba notar la niebla. Por este motivo, no hubo grandes problemas para poder mantener las distancias de seguridad en los arenales. Incluso en algunos de los más visitados, como Silgar, había espacio de sobra para todos.

Desde el paseo, una patrulla del servicio de Fiscal y Fronteras de la Guardia Civil vigilaba discretamente que no hubiera apelotonamiento de bañistas y que se cumplieran las distancias de seguridad. También las policías locales hicieron seguimiento de que no se produjesen aglomeraciones en algunos de los arenales con mayor afluencia de público.

Así las cosas, la jornada de ayer fue un respiro tras varios días de intenso calor. El récord de temperatura se produjo en la jornada del jueves cuando se alcanzaron los 34,5 grados en la estación de Campolongo, que lo convirtió en el día más caluroso del año hasta el momento.

Los datos de MeteoGalicia señalan que en los últimos años los últimos días de mayo tienden a ser especialmente calurosos y estas temperaturas de estos días están lejos demarcar un récord en cuanto a calor: Así, por ejemplo, desde que funciona la estación de Campolongo hace ya un lustro, el día más caluroso en un mes de mayo fue el 23 de ese mismo mes del año 2017 cuando se alcanzaron los 36,2 grados. El año pasado el mes se despidió el día 31 con 35,9 grados, por lo que el intenso calor de estos días es algo que se está volviendo común.

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