Hasta una veintena de caballos salvajes han recibido cobijo en los dos últimos años por parte del Concello de Pontevedra. El Servicio de Medio Ambiente recoge a los equinos y los envía a las instalaciones de la Asociación Cabalar do Monte Campañó, donde los animales reciben cuidados y manutención hasta su puja pública. Durante ese tiempo se les implanta un microchip y se realizan los trámites pertinentes.

Según apuntan desde Medio Ambiente, la escasez de zonas de pasto lleva a caballos de los montes de Moraña, Amil o Marín a bajar hasta las parroquias pontevedresas, principalmente a Verducido, Salcedo, Alba y Cerponzóns. El pasado verano, que fue muy seco, llevó a la recogida de nueve caballos en las parroquias rurales.

Estas pujas se realizan en las oficinas del Servicio de Medio Ambiente: "Se hacen a viva voz y habitualmente por lote, que se suelen corresponder con manadas", explica el edil socialista Iván Puentes. De esta manera, el Concello busca evitar que la Xunta sacrifique a estos caballos salvajes. Los precios de partida no son demasiados elevados, entre 30 y 70 euros por un animal, y hasta 200 en el caso de un grupo de hasta ocho.

En estos momentos, la recogida de caballos se encuentra suspendida debido al estado de alarma, al no tratarse de una actividad esencial. Además, su realización implica el trabajo de varias personas, por lo que no se producirían las medidas de seguridad necesarias para evitar el contagio del Covid-19.