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Manuel Collado: "Sabemos algo de cómo ralentizar el envejecimiento, más allá de la charlatanería"

"Buscamos compuestos capaces de eliminar células envejecidas; los primeros ya están en fase de ensayo clínico", indica

Manuel Collado, director del grupo de Células Madre en Cáncer y Envejecimiento del IDIS. // FdV

El proyecto "A vivir que son 100 anos" que desarrollan Afundación y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) continuará mañana a las 19 horas en el Café Moderno con la conferencia de Manuel Collado, profesional del Instituto de Investigaciones Sanitarias de Santiago. Su intervención lleva por título "En busca de la fuente de la eterna juventud" y en ella explorará los intentos humanos (la mayoría fallidos y otros no tanto) por frenar el paso del tiempo.

- ¿En esto de la lucha contra el envejecimiento cuánto hay de charlatanería?

-( risas) La investigación sobre el envejecimiento es un campo que, como bien sospecha, está muy ligado a la charlatanería. Hemos pasado de tener únicamente esa charlatanería (que ha sido una constante en la historia de la humanidad porque siempre nos ha acompañado esa búsqueda del elixir de la eterna juventud) a verdadera investigación. En el momento en que empezamos a hacer investigación biomédica y a tener datos de que sí que podemos definir bien cuáles son las bases moleculares, celulares, del envejecimiento y que podemos incluso alterar un poco ese proceso para retrasarlo, ralentizarlo o al menos para paliar las enfermedades asociadas a él, eso cambió. Cuando empezamos a saber algo de cómo ralentizarlo hemos podido tener, sí, algo de realidad más allá de la charlatanería.

- ¿Hasta qué punto podemos intervenir en el envejecimiento?

-Pensábamos que prácticamente nada, pero aparte de empezar a entender que sí que era posible abordar esta cuestión es que además en los últimos años, muy pocos, hemos empezados a hacer descubrimientos importantes que nos permiten tener una cierta visión de otra realidad. Claro, en ciencia hay que ser cautos y no vamos a decir que inmediatamente vamos a tener la solución y vamos a curar todo, pero sí que podemos ser optimistas a la hora de encontrar cosas que nos permitan paliar los efectos del envejecimiento, no tanto rejuvenecer ni vivir 1.000 años, pero si poder actuar de una manera eficiente frente a un conjunto de enfermedades asociadas al envejecimiento.

- ¿Qué avances veremos los que hoy somos adultos?

-Una cosa que llama mucho la atención, incluso a los propios investigadores, es que vamos a poder tener un único modo de aproximación terapéutica para un conjunto de enfermedades que son muy diversas, porque estamos hablando de tratar enfermedades como puede ser la osteoartritis, la degeneración macular o enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer o párkinson. Uno puede pensar que para enfermedades tan distintas no puede existir una única aproximación terapéutica, pero es un poco comparable a lo que ocurrió cuando descubrimos los antiinflamatorios. Hace tiempo que descubrimos que muchos procesos patológicos tienen en común la inflamación y que actuar con un único tipo de compuestos antiinflamatorios supone un beneficio bastante importante. Pues es por ahí por donde intentamos actuar, intentamos encontrar fármacos que sirvan de modo general para reducir los efectos del envejecimiento, que tienen una base común para todas las enfermedades asociadas al envejecimiento. Esa sería ahora mismo la aproximación más realista.

- ¿Hay otras líneas de trabajo?

-Si, existen otras aproximaciones quizás más futuristas y radicales que pretenden otro tipo de estrategias que quizás sí puedan llevar a un rejuvenecimiento importante, pero eso es todavía un terreno un poco especulativo. Desde el punto de vista más realista podríamos estar hablando de compuestos, por ejemplo de los que llaman senolíticos, capaces de matar muy específicamente a las células que están envejecidas, senescentes. Ese tipo de compuestos, que se han descubierto hace nada, dos o tres años, han demostrado eficacia en modelos experimentales en animales para reducir, eliminar esas células envejecidas y con ello tener un beneficio terapéutico. Esos serían un tipo de compuestos que podríamos empezar a ver en pocos años, ahora mismo están en fase de ensayo clínico incluso los más avanzados, para intentar ver su seguridad, dosis adecuadas, y quizás esos primeros senolíticos no serán los que finalmente terminaremos teniendo a nuestra disposición pero sí que es el camino que estamos ahora mismo empezando a transitar, un camino de búsqueda de compuestos que sean capaces de eliminar las células envejecidas.

- Otra línea de trabajo es la biónica?

-Si, no es mi especialidad pero efectivamente cada vez tendemos más a desarrollar e incorporar todo tipo de chips, materiales inteligentes etc que nos pueden ayudar a nuestra salud. Pero también mucho sigue siendo un terreno especulativo y aunque asistimos a avances espectaculares no me atrevería a decir hasta qué punto nos permitirán avanzar mucho.

- En el ciclo "A vivir que son 100 anos" se insiste en que, más que alargar la vida, se busca garantizar su calidad, por ejemplo acortando al mínimo el periodo de discapacidad

-Esa es la clave: no se trata de vivir mucho tiempo porque sí, nadie desea prolongar una vida que conlleve dependencia, malestar físico o enfermedad, sino de emular a los centenarios, los superlongevos. Éstos se caracterizan por tener salud e independencia hasta una edad muy avanzada, creo que esa es la aproximación más sensata: paliar los efectos negativos del envejecimiento y lograr la máxima autonomía durante el mayor tiempo posible. Nuestra sociedad cada vez más cuenta con amplias capas de población de edad muy avanzada y de lo que se trata es de que ese amplio sector tenga salud, condiciones de vida e independencia.

- A la espera de los supercompuestos que nos ayuden a frenar el paso del tiempo ¿podemos aplicar recetas caseras?

-Sí, en el envejecimiento hay dos factores que pesan: la genética y los hábitos de vida. La genética se dice que en el envejecimiento tiene un peso importante, pero sobre todo para las longevidades extremas, aquellos que son centenarios tienen una combinación de genes afortunada, algo que va por familias. Y si no tenemos esa extrema longevidad heredada gracias a los genes más nos vale cuidarnos ( sonríe) mediante buenos hábitos como una vida activa, higiene o la dieta adecuada.

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