Todos tenemos el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio y a una remuneración suficiente para satisfacer nuestras necesidades. Así lo presume la Constitución Española, pero la realidad es muy distinta y el mercado laboral cierra por norma las puertas a aquellos que tienen otras capacidades. Contra esto luchan diariamente en la Asociación de Discapacitados Intelectuales Virgen de la O a través de su centro especial de empleo y el centro ocupacional Méndez Núñez. Dos entidades que van de la mano y que benefician a una treintena de personas a las que da servicio el centro y tres trabajadores empleados en su tienda de artesanía.
El centro ocupacional cuenta con dos talleres de tarde, de madera y de costura, donde personas con diversidad intelectual aprenden a hacer estas labores artesanales que luego venden en la tienda Eme Ene, en la calle Gutiérrez Mellado. "Los talleres ya estaban de antes, casi desde el inicio, después de la demanda de vender en el Casino, donde exponíamos nuestros productos nos decidimos a buscar algo que le diera salida y así nació el centro especial de empleo", explica la coordinadora de los talleres, Nuria Martínez.
En el taller de madera elaboran muebles que tienen en su catalogo. "Aquí se hace la mano de obra, le damos el lijado, teñido, pintura, barnizado... Antes comprábamos un material sobre el que ya trabajábamos, pero ahora tenemos nuestros propios productos y se hace desde cero y es muy distinto a lo que hay en el mercado", defiende.
Por su parte, en el taller de costura realizan trabajos complementarios para estos muebles y actualmente están centrados en un proyecto muy especial. Producen las bolsas de tela que la Xunta de Galicia regala a los recién nacidos, un encargo de unas 900 bolsas por trimestre que hacen con el máximo cariño. "Unos cortan, otros meten trapillo para cerrar las bolsas, otros hacen el etiquetado, otros planchan. Todo va en cadena, para que todos tengan una función. Es cuestión de ponerse más con los que más les cuesta, pero en el taller de iniciación ya empiezan hilvanando, enhebrando agujas, practicando el recorte en papel... Y les gusta mucho", comenta Montse Martínez, supervisora de costura, mientras los chicos del centro la interrumpen para afirmar cuánto les gusta esa tarea.
Además, estos trabajos no son fijos y mediante encuestas los usuarios del centro expresan sus actividades favoritas.
"Todo es manual para que todos trabajen y tengan una función. Están muy contentos, sienten que tiene una responsabilidad y en épocas especiales como en Navidades, cuando saben que los niños están esperando sus juguetes se emocionan porque entienden lo importante que es lo que hacen", señala Nuria Martínez.
Pero el centro ocupacional es mucho más, están de 10.00 a 18.00 horas. Por las mañanas practican diferentes deportes como atletismo, natación, baloncesto o tenis de mesa. También actividades de refuerzo de conocimientos ya adquiridos o dominio del entorno, de modo que trabajan todo lo personal por la mañana y lo ocupacional por la tarde.
Estas 30 plazas están subvencionadas por la Xunta de Galicia en copago para personas con la calificación de dependencia en grado 1 o 2 con autonomía de movilidad y autosuficiencia. Por otro lado la asociación también gestiona un piso tutelado que cuenta con siete plazas diarias y unas plazas "de respiro" para fines de semana en los que los familiares tengan algún inconveniente de tipo social o médico. En ambos casos se hace un copago dependiendo de sus rentas individuales. Todos son mayores de 18 años, aunque la media de edad ronda los 30 años.
Más que una asociación
Lo que es hoy la asociación empezó en realidad como algo muy distinto y es que en realidad nació en 1987 como un entro de educación de adultos. "Por necesidades generales en la sociedad de las familias fue viniendo personas que tenían discapacidad que, al salir de los colegios, no tenían a dónde acudir. Entonces montamos una unidad que fue creciendo.", recuerda María Luisa Dónega, responsable de la asociación.
"Ya funcionaba como asociación formada por los profesionales que habían hecho el centro de adultos. Nosotros dábamos el graduado escolar y certificado de estudios primarios. Acudieron padres con esa necesidad y los aceptamos y asumimos eso. Con nuestro trabajo invertíamos en esta unidad pero crecer así no era muy factible y empezamos a pedir subvenciones, para ello era más fácil ser asociación y así lo hicimos en 1991", resume.
Desde entonces el proyecto general se ha mantenido en el tiempo, enriqueciéndose. "Tocamos todos los palos, el aspecto físico, intelectual, social, ocupacional y laboral, cuenta Dónega.
La coordinadora cuenta que estos talleres están casi desde el principio, antes eran menos usuarios y hacían exposiciones temporales. La tienda, que es el centro especial de empleo nació para acercar el mundo laboral a la gente. "Elegimos a quienes creemos que van a sacarle partido al mundo laboral y los contratamos por uno o dos años. Después de ese tiempo vuelven al centro y otros dos van a la tienda. Así todos van experimentando el mundo laboral y siguen mejorando y trabajando en sus capacidades", cuenta Dónega.
Inclusión social
Además la asociación realiza diferentes actividades como excursiones, visitas a exposiciones, campamentos, competiciones deportivas y la preferida por los usuarios, un viaje al año para esquiar.
Además desde 1994 tienen un club de teatro y han presentado diferentes obras en el Principal. "Siempre le dimos importancia porque creemos que es una actividad muy enriquecedora para ellos por su memoria, por expresión...Tenemos dos áreas, una de psicomotricidad y música, donde participan todos y el teatro en sí con un grupo más reducido" , comenta Dónega.
Por último expresa que los usuarios "se sienten aquí muy realizados porque hacen muchas cosas y nos involucramos mucho en las actividades de Pontevedra".
