La Xunta de Galicia contempla estudiar un nuevo trazado para la variante de Alba, al entender que no existe consenso social en torno al proyecto escogido en su momento por el propio Gobierno autonómico como "mejor opción" para llevar a cabo la mejora de la conexión entre los viales de Santiago (N-550) y Vilagarcía (N-530), a su paso por la parroquia pontevedresa. Así lo confirmaron ayer fuentes de la Consellería de Infraestruturas e Mobilidade, tras la rueda de prensa que dio el portavoz del PP de Pontevedra, Rafa Domínguez, para manifestar su oposición al trazado propuesto por la Xunta.

Desde el departamento presidido por Ethel Vázquez, señalaron que "la Xunta analizó todas las alternativas posibles y se optó por la de menor impacto. Técnicamente solo existe una propuesta viable, pero no genera consenso".

Asimismo, fuentes de la Consellería apuntaron que el Concello "juega un papel importante" en esta cuestión y aseguran que la Xunta estudiaría otra propuesta en caso de haberla. Según explicaron, "esta obra es una demanda del Concello, con lo cual entendemos que se tendrían que pronunciar. Se analizarían otros trazados si el Concello lo presentara".

En este sentido, es importante destacar que en su momento, el Concelo de Pontevedra presentó a la Xunta de Galicia un anteproyecto básico con el trazado que defendían los técnicos municipales, considerando ese diseño como el menos lesivo para la zona. Por su parte, la Xunta elaboró uno propio que presentaba más "dificultades", especialmente por su entronque con la Nacional 550. Posteriormente, sería el Ministerio de Fomento el que denegaría la alternativa propuesta por el Ejecutivo autonómico, provocando una nueva reformulación del plan de conexión entre las carreteras de Santiago y Vilagarcía de Arousa.

El último diseño presentado por parte de la Consellería de Infraestruturas e Mobilidade contemplaba un vial de apenas un kilómetro de longitud que conectaría las las carreteras N-550 y N-531, entre A Cendona y Campañó, respectivamente. Dicha arteria discurriría de forma mucho más próxima al casco urbano de la ciudad de lo que planteaba el Concello.

La exposición al público de la variante de Alba durante el pasado mes de agosto parecía dilucidar un lastre que Pontevedra lleva arrastrando desde hace 15 años y, aunque el propio Concello reconocía que no era "la opción óptima", desde el Gobierno local se mostraban satisfechos de que el avance de un proyecto que llevaba dando vueltas tanto tiempo, por fin fuera a ser definitivo.

Tras la intervención de ayer del PP local, todo apunta a que, de nuevo, la variante de Alba se pondrá sobre la mesa de negociaciones de las administraciones autonómica y local. Rafa Domínguez señaló que, el hecho de oponerse ahora al plan establecido por su propio partido en San Caetano, se debe a que "fue un proceso lento de mucho diálogo con todas las partes".