El pequeño Uxío Castro, de 6 años y con un grado 2 del espectro autista, inició ayer el curso en el centro Juan XXIII de Pontevedra. Fue la lucha incansable de su madre, Isabel Castro, la que ha propiciado el logro de una plaza en un centro educativo especializado.

La pontevedresa denunció a través de FARO el pasado junio que desde Educación habían decidido que el pequeño, con una discapacidad intelectual del 62 por ciento, asistiese a un colegio ordinario pese a que ella disponía de numerosos informes que recomendaban una atención específica.

Aunque su madre había solicitado la asociación BATA de Vilagarcía, finalmente desde la inspección consideraron que sería mejor escolarizarlo en el Juan XXIII por cercanía al domicilio familiar.

"Estamos muy contentos porque por fin me han escuchado. Lo que me da rabia es que habrá muchos padres como yo que están en mi misma situación y que desisten, porque con los procesos burocráticos no puedes hacer nada", se lamenta esta madre, convencida por completo de que el hecho de haber salido en prensa le ayudó a solucionar la situación.