Los sindicatos de la prisión de A Lama, en este caso Acaip-UGT, vuelven a reclamar más medios para enfrentarse a su labor diaria en el centro penitenciario y ponen como ejemplo el reciente caso de un recluso que ha protagonizado hasta siete altercados regimentales en menos de un mes.

Se trata de H. M. A., clasificado en primer grado penitenciario y ubicado en el departamento de aislamiento. Uno de los últimos incidentes se produjo hace apenas unos días, el 30 de junio, cuando el interno comunicó a los funcionarios que se había tragado siete pilas y se introdujo una varilla de ocho centímetros en el pene. Cuando iba a ser desplazado a un centro médico externo y esperaba en el departamento de ingresos, el interno comenzó a golpear las dependencias en las que se encontraba y en medio de un estado de máxima alteración, entre gritos e insultos a los funcionarios, a los que también amenazó. Les exigía que le proporcionasen tabaco. Su estado de agresividad hizo que los funcionarios tuvieran que intervenir para controlar la situación resultando varios de ellos contusionados de forma leve.

Un suceso similar ya se había producido el pasado 25 de junio. Ese día, el mencionado interno avisó por interfonía a los funcionarios de servicio en el turno de noche asegurando que se ha introducido objetos en el pene y que tiene "mono" de tabaco exigiendo bajar al hospital. Una vez que los funcionarios llegaron a su celda, se encontraron con parte de ella inutilizada por dicho interno, con los enchufes y las tomas de corriente destrozados. Además, había arrancado la pletina metálica del interfono y se encontraba armado con una varilla metálica de grandes proporciones con la que amenazó a los funcionarios allí presentes. La intervención de estos profesionales logró controlar la situación y el interno fue trasladado a un centro médico de la ciudad de Pontevedra en medio de la madrugada.

El sindicato Acaip-UGT denuncia que "estos son algunos de los múltiples altercados que viene provocando este interno sin que por parte de la dirección del centro se ponga solución alguna". "Encontrarse con esta tipología de internos es un hecho habitual en los últimos años en los centros tipo de cumplimiento como el de A Lama", indican. "Al suprimir la Secretaría General plazas en centros más adecuados y preparados para tratar este tipo de patologías que pudiesen ser de carácter psiquiátrico, convierte los módulos de cumplimiento especial y los módulos de enfermería en auténticos polvorines con internos de comportamiento imprevisible y que ponen en peligro la seguridad de los trabajadores y del resto de reclusos ante la falta de personal", añaden.

Desde Acaip-UGT aseguran que llevan "más de dos años reclamando medios que garanticen la seguridad de los trabajadores y que permitan a estos garantizar la de los internos del centro igualmente". Piden completar el catálogo de trabajadores cubriendo las más de 50 vacantes existentes en el área de vigilancia en el centro penitenciario de A Lama, así como la derogación del Protocolo Específico de Actuación Frente a las Agresiones por inefectivo, la formación adecuada para los trabajadores y el reconocimiento por parte la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias a sus trabajadores por el trabajo realizado en "situaciones extremadamente difíciles provocadas por el abandono sufrido durante estos últimos siete años".