El mal tiempo que reinó durante la madrugada no impidió que los pontevedreses de toda la comarca, tanto en la capital como en otros puntos como Poio y Marín, cumpliesen con la tradición de participar en los actos del Corpus Christi. Pese a la lluvia de la noche anterior, los vecinos tuvieron tiempo de diseñar las vistosas alfombras florales por las que luego discurrieron las procesiones.

En Pontevedra también se cumplió con la tradición del Gremio de Mareantes de invitar a la coporación a aguardiente blanco y pan de maiz y después se celebró la misa y la tradicional procesión que recorrió el casco viejo desde Santa María a la iglesia de San Bartolomé.