Tras años de exilio interior y aún herido por las secuelas de la Guerra Civil, el artista Carlos Maside se trasladó a Combarro en agosto, septiembre y octubre de 1952. Allí viviría una vorágine creativa inspirado por los hombres y mujeres del mar, los niños, las calles o las tabernas locales. Ayer, más de medio centenar de vecinos combarreses pudieron conocer la obra de un pintor que inmortalizó sobre el lienzo la villa de los hórreos.

La asociación A Solaina de Combarro puso un autobús para que los vecinos conocieran las obras que se expone desde mayo en el Sexto Edificio del Museo de Pontevedra. Una muestra única en la que se exhiben por primera vez más de un centenar de trabajos que la convierten en una referencia en la pintura gallega, además de un catálogo con 313 piezas. El propio presidente de A Solaina y profesor de la Universidade de Vigo, Rafael Vallejo, se refirió a esta muestra como "una oportunidad de recuperar la memoria del Combarro que fue" a través de Maside y su "mirada en cierta medida antropológica" sobre el patrimonio y, muy especialmente, sobre las gentes de su tiempo.

Ante la mirada del espectador van pasando los paisanos con boina y pantalón ancho acodados en la barra de la taberna, arreglando las redes, pescando... mujeres en la fuente, pelando patatas, llevando cestas, con cuadros como A Peixeira o Mariñeiro que forman parte de la historia de Combarro. La muestra podrá visitarse hasta mañana en el Sexto Edificio del Museo de Pontevedra.