Quizás junio invierta la tendencia. Ya se anuncian posibles lluvias para esta semana que entra. Pero lo cierto es que 2019 se está caracterizando hasta ahora por una caída de las precipitaciones con respecto a ejercicios anteriores y jornadas de intenso calor, como las registradas este fin de semana. Son los efectos, probablemente, del cambio climático.

Desde enero hasta el pasado 31 de mayo transcurrieron 151 días y solo fue necesario utilizar el paraguas en 54 de ellos, es decir, poco más de un tercio del total. A estas alturas, en 2018 ya se sumaban 88 jornadas con precipitaciones. De hecho, estos primeros cinco meses del año son los más secos de los cuatro últimos ejercicios ya que en 2016 se acumularon más de 1.500 litros por metro cuadrado en 97 días lluviosos, y en 2018 se superaron los 1.400 litros en 88 días. Solo 2017 arrojó unos resultados parecidos a los de este año, aunque con cifras superiores. Así entre enero y mayo de ese año se acumularon 604 litros en 60 jornadas. Son todos índices más altos que los actuales, con 597 litros en 54 días.

Todo ello va unido a unos meses en los que se han registrado en varias ocasiones temperaturas elevadas, aunque nunca tan altas como las de este fin de semana. Ayer se rondaron los 30 grados en la estación de Meteogalicia de Campolongo, que el viernes llegó a los 36.

Todo ello repercute en el estado de los ríos y embalses en una época crucial para las reservas de agua de cara al verano. Es habitual por estas fechas cerrar el suministro a la población desde el embalse del Pontillón, para mantenerlo como "almacén" que utilizar al final del verano.

A día de hoy, según las mediciones de Augas de Galicia, el embalse de Verducido se encuentra al 91,4% de ocupación. Es un índice elevado, similar al de otros años a estas alturas, pero curiosamente es el más bajo de todos los embalses de abastecimiento de la cuenca Galicia Costa, salvo el del Umia, que está al 86,8%.

Por su parte, el río Lérez presenta un estado mejor que en junio de 2018, pese a que las lluvias son bastante menores. Aún así, no presenta cifras satisfactorias, si bien no significa alarma alguna a estas alturas. Registra un caudal de siete metros cúbicos por segundo, cuando hace un año no llegaba a cinco. Eso sí, junio de 2017 comenzaba con 13 metros cúbicos por segundo y en 2016 era de más de 38. Sea como sea, el Lérez es un río con llamativas oscilaciones en su caudal y que además se recupera con facilidad cada vez que llueve, precipitaciones que se anuncian para estos días. Habrá que ver qué ocurre durante el verano.