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Cruz Roja y Cáritas se hicieron cargo el pasado año de los recibos de ochenta familias del municipio

La mayoría son facturas eléctricas y son vecinos afectados por la subida del coste de los suministros, ingresos insuficientes e ineficiencia energética

Un hombre pide en una céntrica calle de Pontevedra. // Rafa Vázquez

El 10% de la población está en riesgo de padecer pobreza energética, de ahí que las diferentes organizaciones benéficas hayan incluido entre sus acciones programas de ayuda a las familias. Cruz Roja y Cáritas son las que principalmente actúan en este sentido en el municipio de Pontevedra. Solo el año pasado entre ambas ayudaron a cerca de 80 familias en este sentido. Desde Cruz Roja se pagaron suministros de agua, gas y luz a 23 familias y desde Cáritas Interparroquial a 55.

El coste de los suministros, los ingresos insuficientes de las familias y la ineficiencia energética de las viviendas son los tres factores que llevan a que determinados hogares no sean capaces de asumir este tipo de gasto, que no deja de ser una necesidad básica. Es por ello que las organizaciones sin ánimo de lucro se ponen manos a la obra para que nadie se quede sin gas. luz o agua en su casa.

Tal y como informa Cáritas Interparroquial, el año pasado desde esta institución vinculada a la Iglesia se ayudó a 55 familias en este sentido. En la mayoría de los casos se pagaron facturas de la energía eléctrica, pero también alguno del agua. Los de gas, los que menos. Por su parte, en Cruz Roja se pagó el suministro de 23 beneficiarios a través de 31 facturas de agua, gas y luz.

En vista de que muchos de los problemas son derivados de las citadas ineficiencias energéticas de las viviendas, Cruz Roja trabajó también con arreglos en algunas de ellas a través de Gas Natural Fenosa. Fueron cuatro: la colocación de un termo eléctrico nuevo, la reparación de una caldera, el cambio de mecanismos de enchufes y la instalación de un discriminador de gas.

Asimismo, se entregaron 55 kits de ahorro energético y se realizaron 26 visitas domiciliarias. Con este mismo programa se realizó la formación de voluntariado y a familias.

La pobreza energética también supone otro tipo de actuaciones como la entrega de estufas en los hogares que no tienen otro tipo de instalaciones, o mantas y ropa térmica, que las ONG también realizan en plena calle.

La Asociación de Ciencias Ambientales recuerda que la pobreza energética es la situación en la que un hogar es incapaz de pagar una cantidad de energía suficiente para la satisfacción de sus necesidades domésticas y cuando se ve obligado a destinar una parte excesiva de sus ingresos a pagar la factura energética de su vivienda.

"Es la dificultad en el hogar para satisfacer sus necesidades básicas de energía y se traduce en impactos sobre el bienestar de las personas que lo habitan como falta de confort térmico, reducción de la renta disponible para otros bienes y servicios, malas condiciones de habitabilidad, riesgo de impago y desconexión", especifica.

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