La nueva Ronda Este de Pontevedra impulsada por la Diputación y el Concello de Pontevedra estará finalizada a mediados del próximo mes de julio, según se informó ayer el Gobierno provincial. Esto supone un ligero retraso sobre las previsiones iniciales que situaban el fin de las obras en mayo.

En estos momentos los trabajos en marcha consisten en la extensión de una de las capas para asentar el firme, que ya está aplicada entre la parte superior de la vía y zona de la glorieta central, trabajo que continuará la semana próxima, aprovechando el buen tiempo, entre Pedra do Lagarto y la zona de O Marco.

Según explicó el director de obra, en estos momentos está ya finalizada la explanación del terreno, hechas las cunetas, los cierres de los muros y también la excavación de la rotonda superior. También están canalizadas la mayor parte de los servicios excepto el gas y la telefonía de la parte superior, a la espera de las empresas suministradoras.

Se prevé que en las próximos semanas, una vez que remitan las lluvias que provocaron muchos arrastres en el terreno (incluso fue preciso el trabajo con compactadoras para asentarlo), finalicen los trabajos de las capas de la base del firme y también del aglomerado.

A continuación llegará el turno de la construcción de las nuevas glorietas, una en la EP-0003 y otra sobre la carretera PO-532 en las cercanías del acceso actual al complejo Príncipe Felipe y al Hospital Montecelo. Ambas tendrán una calzada con dos carriles de 4,5 metros y arcenes de un metro. La primera tendrá un diámetro exterior de 42 metros, mientras que la segunda tendrá 50 metros de diámetro y cuatro accesos, dejando otro previsto para la futura prolongación de la ronda hacia la zona norte. Una vez ejecutadas las glorietas se entrará en la última fase de obra, cuando se instalarán las nuevas luminarias, la señalización vertical y el pintado de la horizontal, así como la senda peatonal y ciclista.

La Ronda Este tendrá una longitud de 970 metros con una calzada de dos carriles de circulación de 3,50 metros cada uno, arcenes de un metro, cunetas de dos metros y, en el lateral derecho, una senda peatonal para ciclistas y peatones de cuatro metros de ancho para estos tránsitos.

El proyecto tuvo que superar diferentes obstáculos administrativos desde su concepción hasta hoy. En 2013 la Diputación y el Concello firmaron un convenio de colaboración, en el 2014 se realizó la redacción del proyecto, y en junio de 2015 se inició la licitación de los trabajos. La adjudicación, sin embargo, tuvo que ser rescindida por defectos de la tramitación y por la necesidad de modifica el proyecto, que no incluía el traslado de torres de alta y media tensión ni las correcciones apuntadas por la Xunta de Galicia. Finalmente, en diciembre de 2017 se inició de nuevo la licitación de los trabajos, que se iniciaron en agosto de 2018.