-¿Qué relación tiene con Carlos Valle?
-Yo a Carlos ya lo conocía. Fue el director cuando yo entré como becario y después tuvimos una relación cordial durante mucho tiempo. Perdimos el contacto porque yo estaba volcado en Santiago y prácticamente no estaba en Pontevedra. Seguí su trayectoria y trascendencia en la configuración del Museo como ahora lo conocemos. En las últimas etapas, cuando se construyó el Sexto Edificio, volvimos a retomarlo al estar yo en la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural, ya que yo llevaba la parte de Arqueología Urbana. Coincidimos en varias ocasiones. Tengo a Carlos Valle en muy buena consideración y todo lo que pueda decir de él será bueno.
-¿Qué ha supuesto para este Museo?
-Muchas de las bases sobre las que yo voy a fundamentar mi acción dependen de la configuración que él llevó a cabo. Hizo que el Museo creciera hasta ser lo que ahora es: un referente gallego e incluso estatal. Su papel es fundamental. Es una de las grandes personalidades en las que hay que pensar a la hora de pensar en la historia del Museo de Pontevedra, junto a Filgueira Valverde o Casto Sampedro.
