Una de las razones por las que se crearon las mutuas aseguradoras fueron, precisamente, proteger las viviendas frente a catástrofes como los incendios urbanos. Afortunadamente, la posibilidad de sufrir un incendio en casa, en un local o en la empresa es, a día de hoy, mucho más limitada que a principios del siglo XVII, cuando a raíz de un devastador incendio en Madrid se decidió crear una de las primeras mutuas. No obstante, de vez en cuando el fuego aparece y, aunque los daños no suelen ser catastróficos, sí que resultan caros.
Al menos esto es lo que se desprende del informe elaborado por la patronal de las aseguradoras, Unespa, sobre la base de la información sobre este tipo de siniestros y recogida por las distintas empresas que integran a esta asociación, la mayoría del sector en España.
El estudio pone de manifiesto como en la provincia existe una importante diferencia entre el ámbito rural y urbano para definir las probabilidades y la consecuencias de los incendios urbanos e industriales. De este modo, en las dos grandes urbes, Pontevedra y Vigo, hay menos probabilidad de padecer este tipo de incidentes que en el resto de poblaciones y, además, los fuegos en estos dos municipios son mucho menos costosos y destructivos que en el resto de la provincia.
Un 3,22% de toda España
Así, por ejemplo, el informe de Unespa revela como la provincia acumula un 3,22% de los incendios en propiedades aseguradas que se producen en España. Según los datos de las empresas aseguradoras, si se analizan los datos en el conjunto de la provincia, Pontevedra es el noveno territorio del Estado con más posibilidades de sufrir uno de estos percances. Los datos cambian radicalmente cuando se trata de las grandes ciudades. Los datos a nivel estatal también confirman esta tendencia, en las localidades con menos de cinco mil habitantes el riesgo de incendio es un 44% mayor y el porcentaje se va reduciendo progresivamente hasta llegar a las grandes urbes.
En cuanto a la devastación causada por los incendios, las estadísticas son parecidas mostrando esta dicotomía entre el rural y lo urbano. Los datos de las aseguradoras demuestran que, con la excepción de las dos grandes ciudades la provincia de Pontevedra, el resto del territorio sufre incendios de bastante cuantía y calado. Así, es también la novena provincia en cuanto a magnitud de los incendios y la décima en cuanto a valor de los daños causados.
Mientras que en el conjunto de España el coste medio para una aseguradora por un fuego es de 1.929 euros, en la provincia de Pontevedra los daños suelen alcanzar de media los 2.590 euros. Pero si únicamente se tienen en cuenta los datos de las dos grandes ciudades, la cosa cambia. Vigo se sitúa por debajo de la media estatal con un coste medio por incendio de 1.723 euros y en Pontevedra la media es que si hay un fuego en casa el coste de los daños se quede en apenas 974 euros, entre las cifras más bajas de España. Es decir, 1.616 euros menos costoso que en el resto de la provincia, en donde los siniestros son un 62% más elevados en cuanto a gastos.
Una de las explicaciones a esta dualidad entre los incendios en ciudades, que disponen de parques municipales propios, o en poblaciones pequeñas podría encontrarse en la mayor rapidez de respuesta por parte de los servicios de los dos grandes parques de bomberos municipales, frente a los mecanismos de extinción de las localidades más pequeñas, atendidas por unidades comarcales que tienen bajo su competencia varios ayuntamientos y un gran territorio que cubrir, aunque este informe no analiza esta posibilidad, objeto de quejas vecinales y políticas en concellos del interior. Pontevedra es la ciudad gallega en la que los daños causados por este tipo de siniestros es menor, ya que en Ourense es de 975 euros, en A Coruña llega a 1.087 euros, se eleva en Santiago a1.642 euros y en Lugo a 1.658. Vigo, con 1.723 euros, es la urbe más cara como también es la más grande y poblada.
