Además de ejecutar la variante de Alba y reducir el tráfico de la PO-225, la Xunta tiene en marcha un plan para ejecutar una senda en este mismo vial, destinado sobre todo a garantizar la seguridad vial de los peregrinos, ya que la carretera forma parte del Camiño Portugués. El proyecto se presupuesta en 550.000 euros, más otros 82.000 para expropiar unos 1.800 metros cuadrados en 37 fincas.

Se trata de resolver con esta senda el peligroso "punto negro" que supone esta carretera en un tramo de 580 metros. La senda se realizará precisamente con esa longitud mediante "un itinerario mixto (peatonal y ciclista no deportivo), mediante la construcción de una senda de uso compartido entre los puntos kilométricos 0,330 y 0,910, tramo coincidente con el Camiño Portugués".

Se ha elegido ese recorrido -más o menos la mitad de la longitud total del vial- por la "mayor afluencia de tránsito, y por el trazado muy sinuoso con curvas de radio reducido, lo que dificulta los posibles cruces de la vía por parte del peatón y el ciclista dada la escasa visibilidad".

Al respecto, los técnicos señalan que "sería preciso la rectificación de curvas y la mejora del trazado", pero admiten que ese apartado resulta "inviable mientras no se ejecute la variante de Alba, dado que se produciría una gran afección al tráfico durante la ejecución de las obras". Además de la senda, se apuesta por "la reordenación del espacio público del núcleo de San Caetano" y se incluye la ejecución de una pasarela peatonal para salvar el río Cortés.