Una de cada cuatro familias rechazan, llegado el momento, hacer efectiva la donación de órganos de sus fallecidos. Es el gran escollo que se encuentran los profesionales de la sanidad para salvar, a veces "in extremis", las vidas de los enfermos. Las asociaciones salieron ayer a la calle para visibilizar la importancia de llevar a cabo este gesto altruista y celebrar el Día Nacional del Trasplante.

La Asociación de Donantes y Receptores de Órganos de Vigo (Adrovi), encabezada por su presidente, Celso García, informó a pie del Hospital Provincial de Pontevedra a la ciudadanía sobre la donación de órganos y tejidos. Además, con esta conmemoración quiso demostrar "el sentimiento de gratitud especial a todas aquellas familias que han donado los órganos de sus seres queridos".

"Queremos que esta celebración a los donantes se celebre a todos los donantes y a todos los implicados en los trasplantes porque gracias a ellos personas como yo podemos seguir viviendo", asegura.

"En Galicia, desde el año 1981 hasta 2019 se han realizado 4.203 trasplantes de riñón, 2.229 de hígado, 810 de corazón, 647 de pulmón y 111 de páncreas", resume.

El hecho de que el riñón sea el trasplante más frecuente se justifica por la existencia de la diálisis para poder mantener con vida a los enfermos que los necesitan. "Los de corazón, pulmón e hígado, si no aparece un órgano a tiempo, fallecen", se lamenta el presidente de Adrovi.

La lista de espera ha bajado de forma muy insignificante, tal y como informa Celso García, que añade que "se trasplanta, pero también aparecen más enfermos".

Los tiempos de espera dependen de cada caso. "A una persona que esté en diálisis le puede aparecer un riñón en un mes, un año o dos. Son muchos factores en juego: el grupo sanguíneo, el tamaño del órgano, la prioridad, la edad... No se pone un órgano de una persona de 80 años a un joven de 17", explica.

"La espera de un hígado de más de un año puede ser mortal, cosa que con el riñón no ocurre con la diálisis", apunta.

Hoy en día, tal y como afirma, el rechazo físico del paciente al órgano trasplantado es muy raro. "Hay alguno, pero no es lo habitual. Hay muchos adelantos, fármacos...".

Las negaciones dependen también de la zona geográfica. "En Galicia todavía tenemos bastantes negaciones. Este año hubo menos, pero hay un promedio de que de cada cuatro entrevistas familiares una siempre falla", se lamenta García.

Suelen ser familias en las que el fallecido no había comentado nunca su deseo de donar sus órganos o, simplemente, no lo había expresado ni negativa ni positivamente. "Por eso nosotros lo que aconsejamos hacerse la tarjeta de donante, porque es una forma de comentarlo en casa o de hablar del tema, que siempre se ve como lejano", aconseja Celso García.

En realidad, la tarjeta es simbólica, ya que es la familia la que tiene siempre la última palabra.

La celebración del Día Nacional del Trasplante repite lema, porque la idea es transmitir siempre que donando se regala vida.