Detenida en marzo del pasado año por los Mossos en Vilanova i la Geltrú después de cinco años de fuga, la "narcoabogada" cambadesa Tania Varela se sentó ayer en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Pontevedra investigada como autora de un delito de blanqueo de dinero procedente del tráfico de estupefacientes. Varela estaba siendo buscada por la Justicia para terminar de cumplir una condena de siete años de cárcel, pena que le impuso en 2011 la Audiencia Nacional por tráfico de drogas.

A pesar de esta sentencia condenatoria (como una integrante más del grupo que lideraba el narcotraficante David Pérez Lago y que introdujo 2.000 y 1.700 kilos de cocaína a través de las costas gallegas en 2006), en el juicio celebrado ayer, negó cualquier relación con el tráfico de estupefacientes. Es más, aseguró que en su despacho de Cambados nunca llevó causas relacionadas con el narcotráfico puesto que era una actividad "que siempre me produjo rechazo". Varela, que rehusó contestar a las preguntas del fiscal delegado de la Fiscalía Antidroga de Pontevedra, Pablo Varela; afirmó que llevaba casos "al cien por cien civiles" y que tenía "muchos clientes y me iba muy bien".

Recordó, además, su trabajo para el CIM del Concello de Cambados y afirma que también participaba en la asesoría jurídica de la Cofradía de Cambados, trabajando también para los socios de la entidad que lo requerían. Completaba sus negocios con el asesoramiento jurídico a grandes empresas, aseguró, como marcas de ropa o compra de castañas, entre otros productos. Por último, señaló que otra de sus fuentes de ingresos estaba en el negocio inmobiliario con la fundación de la empresa Rialto a medias con Marcos C. R. Esta empresa es clave, dado que el fiscal considera que fue la que utilizó la acusada para adquirir un Audi A3 y unos terrenos en Porto Meloxo con el objetivo de ocultar así su verdadera titularidad. Aportó para ello 45.000 euros que provenían, según el fiscal, de la actividad de tráfico de drogas de la acusada por la que fue condenada, en este grupo en cuya cúspide se situaba David Pérez Lago.

Aunque el fiscal considera suficientemente probada la relación de Tania Varela Otero con el narcotráfico con su sentencia condenatoria, confirmada por el Supremo, buena parte del juicio estuvo dedicada a contrastar su papel en la organización con contactos tanto con Pérez Lago, como con otros participantes en la trama, incluido el enlace de la red colombiana que enviaba la cocaína a España. Unos contactos que confirmaron varios de los agentes del Greco Galicia y Udyco que declararon en el juicio. Sin embargo, Tania Varela negó esta relación con los implicados en la trama. Marcó incluso distancias con quien, en su día, reconoció que había sido su compañero sentimental: David Pérez Lago. Negó que hubiera mantenido una relación con él (afirma que cuando lo aseguró en el anterior proceso fue "por una estrategia de defensa" otro juicio) y asegura que sus contactos con el narcotraficante se limitaron una relación laboral entre abogada y cliente cuando le llevó diversos asuntos de carácter civil. "Yo en aquel momento (cuando conoció a David Pérez Lago) no sabía que era narcotraficante ni que era hijastro de Oubiña", afirmó la letrada. "Vino por temas civiles", añadió. Reconoce que fue él quien le informó de la existencia de unos terrenos en O Grove que ella fue a ver y que le interesó. "David intentó adquirirlo pero no llegó a un acuerdo con la propiedad" y se lo planteó a ella. A su vez ella lo abordó con su socio en la firma Rialto y les interesó y lo compraron pero desvinculó la operación de cualquier actividad de narcotráfico de Pérez Lago. Asegura que David no le dio dinero para comprar esta sociedad. Sin embargo, el fiscal insiste en la presencia de algunos de los investigados en el proceso por narcotráfico en las reuniones para la compra de esta parcela.

"Odio" hacia ella

En el juicio también estaba previsto que declarara ayer David Pérez Lago. La acusada previno al tribunal a través de las preguntas de su abogado de una presunta mala relación entre ambos actualmente. "¿Le odia?", le preguntó su letrado; "Sí", respondió la acusada. La razón, es que, según la abogada, "yo no accedí a tener una relación con él y sin embargo sí que la llegue a tener con el que era su abogado", lo que provocó represalias en forma de "amenazas" de distinta naturaleza. El abogado al que se refiere la acusada era Alfonso Díaz Moñux, quien fue abatido a tiros en presencia de Varela posteriormente.

Pérez Lago, que declaró como testigo desde prisión (fue condenado en esta misma causa por conformidad en un juicio anterior), también negó una relación sentimental con la abogada. Llegó a la sala de videoconferencias de la prisión de Topas en muletas y con muy poca memoria. Respondió a casi todas las preguntas del fiscal con un "no recuerdo", lo que llevó al representante del Ministerio Público a preguntarle sí recordaba haber reconocido los hechos tanto de blanqueo como de narcotráfico en sendos acuerdos de conformidad y si detectó algo erróneo en aquel acuerdo alcanzado con la Fiscalía, a lo que contestó que "no tenía sentido", contestar a eso.

La Fiscalía pide una pena de tres años y medio de prisión para la acusada y multa de 220.000 euros. El juicio seguirá el 7 de marzo.