La tienda de cosmética, perfumería y complementos Tito de la Peña, primero Godoy, va por su segunda generación. El matrimonio De la Peña-Portela fue la primera. A ellos se unió su hija Esther. El negocio llegó a tener tres establecimientos en sus cuatro décadas de historia, de los cuales conserva dos, el de la calle Oliva y el de Castelao.

Tanto la madre, María Esther Portela, como la hija, Esther de la Peña, reconocen que el comercio local pasa por un mal momento en el que la principal competencia en su sector es internet.

"En realidad, cuando se habla de crisis se debería decir que la sufre toda la pequeña empresa", asegura Esther de la Peña, que reconoce que cada vez quedan menos clientes de los negocios primigenios.

"En ciudades como Pontevedra, que tienen poca industria, el comercio pesa mucho, así que es importante que vaya bien. Por ejemplo, a tiendas como las nuestras no les compensa abrir en horarios de las grandes superficies los sábados por la tarde o los domingos porque no te compensa lo que gastas en luz o pagando a un empleado frente a lo que puedes vender", manifiesta.

En cualquier caso, agradece que la ciudad haya apostado por no permitir la llegada de grandes superficies que puedan perjudicar al comercio local. "Si las traes, el pequeño comercio terminaría cerrando", considera.

Frente a este tipo de áreas y la venta on line, ambas mujeres destacan el trato en las tiendas pequeñas: "les ofreces un trato personal, les hablas y aconsejas lo que mejor les puede ir y eso es muy importante".