El sector de la zapatería en Pontevedra no se entendería sin Pedestal, en la Oliva, que abrió sus puertas en 1944 de la mano de Enrique Castro. La puso en marcha sin imaginar que 75 años después seguiría activa, ahora con su hija Charo al frente.
"Al fallecer tanto mi padre primero como mi madre después, mi hermano el mayor y yo decidimos seguir adelante. Nos daba pena que el negocio cerrase", reconoce la pontevedresa.
"Como era un negocio familiar, pasaba aquí las tardes de niña y veía como mi madre compraba el género, así que lo aprendí sin proponérmelo", afirma.
"¿El comercio local...?, solo hay que ver lo que hay... todos estamos aguantando el temporal. Este último año ha sido especialmente malo", reconoce.
Pedestal, que cuenta con clientes de varias generaciones, también hace uso de las redes sociales para potenciar sus ventas y contrarrestar en cierto modo la competencia en internet.