El recorrido del Eje Atlántico ferroviario entre Pontevedra y Vilagarcía, que está vallado por ambos lados en toda su longitud, presenta "puntos débiles" en esos cierres, lo que permite el acceso de animales al interior de las vías, con el consiguiente peligro que supone.

Son varias las personas que han visto ya a perros deambulando entre las vías, en tramos por Barro y Portas, y también hay ejemplares abandonados en puntos donde la velocidad de circulación de los trenes puede llegar a los 200 kilómetros por hora. Estas mismas testigos han visto a los animales utilizar zonas donde la valla está rota o mal colocada y temen que puedan pasar animales más grandes o personas.